Hardreams: Unbroken Promises

Al igual que Airless, estos Hardreams son una de las mejores bandas de hard rock del Sur de Europa. Este es el tercer disco de los catalanes, con el que siguen demostrando que de clase y calidad van más que sobrados. Llevan años en la brecha, pero lo mejor de todo es que son como los vinos, ganan con el tiempo. En “Unbroken Promises” no hay espacio para el aburrimiento, y eso que el estilo está más que manido, pero en sus manos las composiciones siguen destilando frescura aún manteniendo todos los clichés obvios y predecibles. Puro hard rock americano de los 80, ameno, entretenido y que por momento alcanza altísimas cotas de calidad. Me niego a valorar a esta gente con ese tópico de “y si fueran de fuera”. Es un disco exportable y merece incluso que Frontiers les echen el lazo. Con una producción cristalina la cosa alcanzaría la matrícula de honor.

El disco se abre con la contagiosa “Count on Me”, destilando buen rollo y clase. Preciosa línea vocal, estribillo de cine y un original final. Obviamente los medios tiempos y las baladas brillan ante todo, caso de “Its Only Love”. Con ese teclado 100% Whitesnake y otro estribillo para enmarcar. Sorprende el inicio a teclado de “Crossthe Line”, que parece un homenaje en toda regla al “Abigail” del maestro King Diamond”. Pero es sólo de inicio, luego vuelve a por el dorado sendero del hard-Aor. La calidad de Manu Esteve es más que notable, pero las dotes de Sergi Segarra a las teclas y sobretodo la guitarra de David Agüera se suman a una base rítmica sin fisuras. “A High Mountain to Climb” es el perfecto ejemplo de lo que se trae esta gente entre manos es de una calidad fuera de dudas.

“The War Is Over” empieza con el sonido de un helicóptero y desemboca en un medio tiempo luminoso y evocador. Otra buena ración de clase. El otro baladón es “Now Youre Mine”. La verdad es que esta gente se les dan realmente bien estas canciones. Muy adornadas y bellas a la vez que emotivas. Nunca baja el listón y “The Land inside Our Souls” es otra buena muestra de que el relleno es una palabra proscrita en su vocabulario. Muchísima atención a Agüera con un solazo espectacular. “Goin Fast” empieza con el motor de un coche y hay un teclado Hammond realmente logrado. El tema en si recuerda a Golden Earring, y la sensación de velocidad está siempre presente. Y finalizando está “Unbroken Promises”, una balada muy completa que da nombre al disco.

Otro gran disco de Hardreams, y ya van tres. Esta gente merece un estatus mayor y ya no más éxito dentro de nuestras fronteras, sino más allá. Su hard rock es exquisito muy a pesar de que en estas tierras el hard rock ya no mueve a la gente que movía. Están todos los clichés y los tópicos, pero tanto da. Lo hacen como nadie. Posiblemente sean junto a Airless y Hard-Wires lo mejor que tenemos. Es imposible que si te gusta este estilo no quedes realmente impresionado por esta gente. En Barcelona se mueven mucho y bien, pero ya ha llegado el momento de dar otro paso, o dos, más adelante. Enhorabuena.