U.D.O.: Steelfactory

Después de dos años girando intensamente con el proyecto Dirkschneider, para el vocalista alemán Udo Dirkschneider ha llegado el momento de dejar de lado sus gloriosos años como vocalista de Accept. Al menos, como planteamiento.

Ya sabemos como van estas cosas. No le falta razón al alemán: con su propia banda en solitario lleva treinta años grabando y girando, pero parece que lo que a todo el mundo le interesa es que cante los clásicos de su antigua banda. Lo que pasa es que las giras son un baño de realidad: cuando interpreta su propio material en directo acuden una media de 200 o 300 personas en los shows españoles (y todos deseosos de escuchar la última parte del show, donde encadena varios temas de su antigua banda). Cuando acude haciendo un repertorio integro de temas de Accept acuden tres veces más personas. Es lo que hay, lamentablemente.

Eso no quiere decir que el vocalista no siga haciendo grandes discos de estudio y siga manteniendo toda la legitimidad para hacer lo que quiera con su carrera en solitario pero la realidad es la realidad y tarde o temprano, se impone.

Más inspirado pero más de lo mismo

En “Steelfactory”, Udo y sus compañeros de banda -que completan Andrey Smirnov y Bill Hudson a la guitarra, su hijo Sven a la batería y Fitty Weinhold al bajo- firman un disco especialmente inspirado. Como si se tratase de demostrar que sus propias canciones pueden valer tanto como el fondo de catálogo que lleva dos años paseando por los escenarios bajo otro nombre, los temas de este nuevo trabajo brillan más que los de “Decadent”, “Steelhammer” o “Rev-raptor”, sus tres últimas obras con las que se mantenía en su nivel pero no destacaba especialmente. Eran nuevas colecciones de temas, que sonaban igual que las anteriores porque es tradición hacer un disco cada dos años, del mismo modo que después de la primavera viene el verano, luego el otoño y después el invierno. Si bien, ser tan estático es lo que le ha permitido ser uno de los artistas más respetados del heavy metal clásico, también es uno de sus grandes handicaps. En otras palabras: los temas están bien, de hecho U.D.O. – Steelfactory es más pegadizo que los anteriores, pero es difícil mantener en el recuerdo una sola canción después de tres o cuatro escuchas.

No hay nada de malo en repetirse y no seré yo quien argumente en contra de una carrera tan longeva como la de Udo. Lo cierto es que le sucede como a Saxon o Primal Fear: son tan insistentes en su heavy metal de toda la vida que trazar diferencias entre discos se vuelve cada vez más complicado. Por lo demás, aquellos que destacan terminan recordando a grandes hits de Accept: “Make the Move”, el primer adelanto, es un riff heredero directo de “Living for Tonite”. “Raise the Game” es un tema que podían haber grabado Accept en cualquiera de sus recientes discos con Mark Tornillo a la voz. Es evidente que ni unos ni otros van a inventar la rueda a estas alturas, pero en algunos casos los riffs son de una similitud impresionante.

Temas intercambiables

Si bien todos los temas de este “Steelfactory” (U.D.O.) son prácticamente intercambiables con cualquier disco anterior, hay temas que son realmente buenos y se debe reconocer. La joya de este trabajo se titula “In the Heat of the Night” y nos ofrece a un Udo sacando su voz limpia, casi a modo de crooner, y doblándose a si mismo entre agudos y graves en los pre-estribillos. El solo recuerda mucho a Gary Moore y está cargado de feeling.

El resto anda en la media habitual. “Blood on Fire” está diseñado para agitar melenas con su marcha firme. “Hungry and Angry” es un riff medianero pero bien conseguido y la que cierra, “One Heart One Soul” recuerda a “The Nomad” de Iron Maiden en el dibujo de la guitarra solista. “A bite of Evil” es un tema que se queda un poco a medio camino, pero lo compensa con “Eraser” que es rápido, dinámico y directo a la yugular.

Udo nunca hace un mal disco pero, por otra parte, siempre queda la sensación de haber escuchado más de lo mismo. No hay una pega concreta: es un disco magnífico. Pero de no ser por las mencionadas “Make the Move”, “Eraser” e “In the Heat of The Night” no lo sería tanto. Eso sí, este tipo lleva cincuenta años en la música. Yo no soy nadie para juzgar su trabajo.