Bruce Dickinson: Tyranny Of Souls

Disco tras disco, Bruce Dickinson ha ido demostrando que no necesita a IRON
MAIDEN para nada. Todos aquellos que se le echaron encima hace diez años por
editar “Skunk Works” probablemente ahora adoran el disco en cuestión. Y es que,
incluso si eres un escéptico más, debes reconocer que la carrera en solitario
de Dickinson es coherente como pocas. La cohesión entre sus discos es innegable
y si uno presta atención se da cuenta que su carrera en solitario ha sido casi
igual de prolífica en estudio que con MAIDEN. Con IRON MAIDEN ha editado un
total de nueve discos de estudio, mientras que en solitario este es su sexto
trabajo, algo que no habría sido posible si ésta carrera fuera mediocre o un
simple relleno entre discos o deserciones de su banda principal.

Hay que reconocer que Dickinson es uno de esos genios del Heavy Metal a los
cuales se les reconoce mucho menos de lo que se debería. Al Heavy típico y tópico
no le cuesta reocnocer la grandeza de Dickinson interpretando “The Rime Of The
Ancient Mariner” pero pasan un mal rato para darse cuenta de que “Back From
The Edge” tiene una de las mejores líneas vocales que ha parido el británico
en toda su carrera. Cuestión de criterio, supongo.

“Tyranny Of Souls” sigue la linea marcada por “The Chemical Wedding”, aunque
hayan pasado siete años desde su edición. La tonalidad más oscura del disco
favorece a un Dickinson a menudo encasillado en largos y felizones ejercicios
de metal clásico bajo la batuta de Steve Harris. Aquí las guitarras son más
crudas, la batería más precisa y menos orgánica, y en definitiva, se trata de
un disco mucho más variado que los dos últimos de MAIDEN (pese a que en ‘Dance
Of Death’ finalmente les diera por hacer algo como ‘Journeyman’).

En ésta ocasión, Bruce ha buscado gran parte de la inspiración en su experiencia
como piloto. No exclusivamente, claro, pero según lo que el mismo me contó recientemente,
la temática aérea ha influenciado muchas de las letras del disco. De hecho,
“Kill Devil Hill” trata sobre la curiosa historia de los hermanos Wright y sus
primeros intentos de convertir el hecho de volar en una realidad palpable. En
otros casos, como “Soul Intruders”, Dickinson aborda cosas un poquito más paranormales,
hablando de espiritus y muertos que siguen presentes de alguna manera en nuestro
mundo. Se trata solo de dos ejemplos aleatorios, aunque dan una pequeña muestra
de las características que tiene este disco desde el punto de vista letrístico.

En cuanto a los temas, Dickinson sorprende con cosas que uno no acaba de esperarse.
“Navigate The Seas Of The Sun” es un tema acústico que Bruce planteó inicialmente
como una especie de “Tears Of The Dragon”, pero que finalmente se ha convertido
en una excepción por derecho propio. Son seis minutos de tranquilidad, con un
Bruce extremadamente melódico, y las guitarras acústicas turnandose con unas
tímidas electricas por aquí y por allí. No es el típico tema épico que más de
uno podría esperar, sino más bien un ejercicio de relajación algo atípico en
un disco de éstas características.

Por otro lado, nos encontramos temas en la línea más clásica de Dickinson,
caso de “Abduction” o el mencionado “Soul Intruders”. Los rasgos de MAIDEN en
la guitarra son frecuentes, aunque sin exagerar. Son temas que están mas cerca
de los “bonus” que aparecieron en “The Best Of Bruce Dickinson” que del material
de “Chemical Wedding”, eso si. Cualquiera que espere temas que sigan los pasos
de su anterior disco en solitario deberá adentrarse más en el disco, donde descubrirá
obras como “Power Of the Sun”, River Of No Return” y el oscuro “Believel”.

Hay espacio para un recuerdo al Hard Rock más gamberro de “Tattoed Millionaire”
y “Balls To Picasso” bajo el título “Devil On A Hog”, aunque tiene más de reiteración
nostálgica que de composición sincera y cercana a lo que a Bruce realmente le
gusta grabar.  Para finalizar el disco, encontramos el tema título, el cual
es probablemente el mejor de todo el disco.

Para los mas impacientes, cabe decir que, como con todo el material de este
hombre en solitario, hay que escucharlo unas cuantas veces hasta que uno comprende
todos los matices y la grandeza del disco. Por lo demás, “Tyranny Of Souls”
es una más que digna continuación de “The Chemical Wedding” que merece ser escuchada
con atención.