Cornerstone: Two Tales Of One Tomorrow

Uno sabe que el bajista del grupo es uno de los miembros fundadores de la banda cuando el primer tema del disco comienza con un fraseo de bajo sin ninguna clase de acompañamiento. ¿Cuántas canciones de IRON MAIDEN comienzan de esa manera? ¿Todas? ¿Incluso las que no han compuesto todavía quizá? Pues así empieza también “Misery”, el tema que abre el nuevo disco de CORNERSTONE, la banda de Doogie White (YNGWIE MALMSTEEN, RAINBOW) y Steen Mogensen (ROYAL HUNT).

“Two Tales Of One Tomorrow” es justamente lo que se esperaba de ellos. Un disco que suena a medio camino entre ROYAL HUNT y DEEP PURPLE. No se hasta qué punto influenció a Doogie White trabajar con Ritchie Blackmore en el ya lejano “Stranger In us All”,pero estoy seguro de que lo suficiente como para que muchos riffs de éste disco y de otros discos anteriores de CORNERSTONE tengan un sabor a Blackmore que queda a medio camino entre lo evidente y lo oculto. Y si hablamos ya del organo hammond que acompaña ese primer tema, “Misery”, la cosa ya es incluso más notoria. Por suerte (o por desgracia!) la banda tiene bastante más que ofrecer y el nuevo disco está repleto de ejemplos. La larga canción que da título al disco, por ejemplo, podría haberla grabado un tipo como Jorn Lande, en lo que a interpretación vocal se refiere. Doogie consigue un timbre tan parecido al del ex – MASTERPLAN que practicamente asusta. La misteriosa y delicada “Wicked” es bastante más heavy, con una buena dosis de doble bombo y un riff que podrían haberse sacado de la manga los suecos EVERGREY, tranquilamente. “Prey” suena casi ochentera, típica de cualquiera de esos videos macarras y repletos de tias buenas que abundaban en la MTV en aquellos años dorados. Pero volviendo a la influencia purpeliana, ésta es bastante constatable en todo el disco. El último tema, “We Are The Dead” podría haberlo compuesto un Ritchie Blackmore cabreado, por ejemplo. La ya mencionada “Wicked” también tiene cierto aire al hombre de la stratocaster, por poner otro ejemplo. Quizá es una sensación puntual, pero tras escuchar varias veces el disco creo que lo suficientemente persistente como para mencionar el asunto.

A nivel de producción, el disco suena bien y se nota que está hecho con amor en lugar de con prisas. Posee las ventajas de la tecnología actual en la claridad del sonido, pero mantiene un cierto toque orgánico que lo hace bastante más apto para el oído. El batería suena como un batería, en lugar de cómo una maquina. Las guitarras suenan como guitarras, en lugar de cómo teclados distorsionados. Y la voz de Doogie White suena como le da la gana. En serio. Me sorprende que éste tipo no sea uno de los vocalistas más solicitados del panorama rockero a día de hoy y que simplemente se limite a CORNERSTONE e YNGWIE MALMSTEEN y poco más…

Una digna continuación a la carrera de la banda tras el parón compositivo que supuso el directo “Cornerstone In Concert”. Quizá no se trata de un supergrupo en la acepción más amplia de la palabra, pero si alguna vez el termino “supergrupo” fuera unido a la calidad musical, CORNERSTONE serían uno de ellos.