Treat: Tunguska

Desde que Treat salieron de la madriguera con el reverenciado “Coup de Grace” en 2010, su carrera ha estado a la altura de las obras que crearon en los años 80. Tanto el posterior “Ghost of Graceland” como el inminente “Tusnguska” han resultado ser obras cuidadas y perfectos compendios de hard rock melódico escandinavo a la antigua usanza.

Es una lástima que el público no haya respondido de manera acorde en sus giras por nuestro país pero es bien sabido que el hard melódico no es precisamente el estilo que más lo peta en España. Al final, por encima de géneros y etiquetas, lo que Treat ofrecen es música pop, repleta de melodía, buenos ganchos, armonías y estructuras. Solo que llevan guitarras por encima.

Positivos y enérgicos

En el nuevo disco, los suecos liderados por Robert Ernlund, con su particular e inimitable voz, y el histórico guitarrista Anders Wikström, empiezan fuertes. El inicial “Progenitors” es un tema que no tiene desperdicio, con un envoltorio y producción que solo podían salir de alguien que quiera a la banda tanto como el propio Wikdström, aunque ayudado por Peter Mansson. El estribillo es tremendo y el riff de Wikström toda una demostración de como hacer música positiva, enérgica y capaz de alegrarte el día. En un clima donde todo el metal suena igual y donde todo parece basarse en el porcentaje de agresividad que se puede imprimir a la música, escuchar un disco y unos temas como estos de Treat – Tunguska es bienvenido (mucho).

Temazos de hard rock contemporáneo

Hay varios temazos a destacar además de “Progenitors”. “Always Have, Always Will” es otro futuro clásico, a la altura de cualquier cosa de “Dreamhunter” o “Organized Crime”. En “Rose of Jericho” la banda experimenta un poco más con su sonido, empleando un riff más duro y unas estructuras más propias del hard rock contemporáneo, pero no puede resistirse a desembocar en un estribillo absolutamente vencedor. En “Heartmath City”, no obstante, la banda baja algo el nivel y nos ofrece un tema algo más de relleno aunque Wikström se entretiene usando un buen montón de licks de Eddie Van Halen que le dan dinamismo al tema.

La balada titular del disco parecía “Build the Love”, pero es uno de esos temas que engañan al principio. Es un tema repleto de capas y una producción cristalina, tremendamente adictivo y que recuerda al hard rock que hoy en día practican bandas como Eclipse. Muy curioso ver a los maestros dejándose aconsejar por los alumnos, pero hay que reconocer que esta actualización en su sonido les queda que ni pintada. En “Riptide” tiran por derroteros similares, con un tema veloz y con coros y capas vocales por doquier. Quizá el estribillo flojea un poco en este caso pero es que lo que ofrecen en el resto del disco es difícil de mantener durante doce canciones.

Mención aparte merece la sección rítmica de Jamie Borger a la batería y Pontus Egberg al bajo. Egberg también toca con King Diamond y posee un estilo muy firme y un tono grueso que casa muy bien con los temas del grupo.

Treat son una de esas bandas que han sabido adaptarse al hard rock de hoy sin terminar sonando como vestigios casposos de un pasado ochentero que quieren replicar a toda costa. Todo lo que han grabado desde su reunión, como decía, está a la altura de lo que hicieron en aquel entonces pero con una identidad actualizada y una calidad compositiva innegable. Uno de los discos de hard rock melódico del año este ‘Tunguska’ (Treat).