Red Circuit: Trance State

Caray con algunas portadas y etiquetas. Viendo el envoltorio de este CD lo primero que se me viene a la cabeza es un disco de IN FLAMES o similares, pero qué va, nada más lejos de la realidad. Por otra parte se anuncia a bombo y platillo a este grupo como la nueva sensación del “prog rock”, mientras que la música no deja de parecerme hard rock con unos teclados protagonistas en según qué cortes. Imaginad entonces el descoloque de un servidor al escuchar los primeros acordes de estos germanos, esperando algún berrido o doble bombo… Pero no, esto es hard rock, del puro y del bueno. Y además del que me gusta, sin estribillos blandengues ni baladas calcadas a los machacados éxitos de los 80. Es, como debería ser según su traducción literal, auténtico “rock duro”, tal cual. Además, con algún que otro nombre conocidos.

 Y es que tras estos Red Circuit, que con “Trance State” presentan su primer trabajo discográfico, se esconden músicos como el cantante de Sri Lanka Chity Somapala, anteriormente en AVALON y FIREWIND, que a lo largo de todo el disco demuestra sus excelentes cualidades como vocalista. Sin alardear de virguerías y cantando con mesura, según las exigencias de cada canción, se muestra en todo su esplendor en temas como la semibalada “Where you are” o el heavy “It’s so hard to be like God”.

 De la producción del disco se han encargado el teclista Markus Teske junto con el cantante de VANDEN PLAS Andy Kuntz (quizá de ahí les venga la etiqueta de progresivo, quién sabe). El sonido resultante es impecable, con mucho peso de los teclados y unas guitarras que suenan heavies como ellas solas. Eso de entrada ya casi garantiza el aprobado en algunos discos, porque con un buen sonido y un par de toques mágicos de postproducción se cuelan de vez en cuando carros y carretas. No hablemos ya de cuando las canciones son buenas por sí solas, como es el caso.

El disco es bastante equilibrado en cuanto a composiciones, si bien las cinco primeras quizás destaquen más que las de la segunda mitad del disco, que se vuelve un poco más previsible. Aún así son canciones sólidas, con un sonido sólido y buenos estribillos. Particularmente me quedo con las potentes “Is it gold?!” y “So hard to be like god”, además del emotivo a la par que consistente medio tiempo “The Veil” y la canción que abre el CD, “Under the sun”.

 Es un disco muy recomendable para los aficionados al hard rock, sobre todo si te gustan los grupos de este estilo que se alejan más de los patrones melosos y los estribillos edulcorados. Tampoco desagradará a los que gusten del heavy clásico, ya que tiene canciones fuertes que aguantan bien la prueba del algodón y de la chupa de cuero. Uno de los pocos borrones que le encuentro al disco es la escasa participación de la corista Christine Wolff, a la que apenas se la distingue. No estaría de más probar qué tal sería una combinación de voces masculina y femenina, en lugar de dejarla entonar sólo un par de estribillos por lo bajini.

 Para completar el elenco de “guest stars” colaboran aportando un solo de guitarra cada uno los hachas Patrick Rondat (ELEGY, JEAN MICHEL JARRE), Stephan Lil (VANDEN PLAS) y Stephan Forte (ADAGIO). Como nota para los más curiosos, las letras del disco están inspiradas en un libro de poesía de Klaus Kinski, formando una obra más o menos conceptual en torno a la maldad humana. Al menos hay que agradecer que no hablen del “baby, baby I miss you too much” o “I can´t be without you” y demás, contra los que no tengo nada en contra, pero llegan a convertirse a veces en auténticos topicazos del género.