Cynic: Traced in Air

Sinceramente, esperaba mucho más de este trabajo. Por todos es conocido, o debería serlo, el único trabajo que sacaron CYNIC hasta la fecha, el sublime “Focus” del año 1993, un disco único, irrepetible y sobretodo, adelantado a su época. En él, CYNIC mostraban como un grupo de Thrash/Death Metal podía fusionarse con la música experimental, new age y Jazz y dar como resultado algo no solo digerible sino incluso atractivo, muy atractivo.

3 lustros después de separarse –pese a su voluntad- los liderados por Sean Reinert y Paul Masvidal, acompañados de Sean Malone (quien ya estuviera en la época del “Focus”) y Tymon Kruidenier y Robin Zielhorst (Estos 2 procedentes de un grupo holandés de versiones de CYNIC llamado EXIVIOUS), vuelven de la mano del sello galo Season Of Mist entregando un trabajo que deja un sabor agridulce.

Es innegable que “Traced in Air”, desde un punto de vista técnico, es impresionante. Eso no creo que nadie en su sano juicio lo ponga en deuda. De la misma forma, la producción es impecable dejando entrever las virguerías de Reinert a la batería o los malabarismos de Paul Masvidal a las guitarras, a las mil maravillas. Pero en mi opinión, peca de barroco. Ya no solo a ojos de un simple fan del rock/Metal sino de un músico incluso. De tan recargado que lo han querido hacer, creo yo, se han pasado. Además, el elemento característico, entre otros, del sonido CYNIC –aquellas voces robóticas armonizadas gracias a un vocoder- ha desaparecido por completo. Ahora en su lugar, Paul Masvidal lanza unos grititos endebles que a mi personalmente no me han gustado nada. Más bien parece el vocalista de un grupo de Britpop que de los propios CYNIC. Por si fuera poco, la voz gutural entra siempre tarde, mal y situada fuera de lugar. Da la sensación de que varios gruñidos guturales han sido colocados por aquí y por allá para evitarse las reprimendas de los sectores más extremos. Curarse en salud, vamos.

Dejando de lado el apartado vocal que creo que es el gran punto débil de este disco, instrumentalmente hablando, poco se le puede recriminar a esta gente pues van sobrados de todo y así lo demuestran. De cualquier modo, no estaría de más recordar que un disco es un compendio de canciones y no un ejercicio de teoría musical y virtuosismo. Veremos qué tal se desenvuelven en directo con OPETH en los próximos días, sobretodo a la hora de afrontar su material antiguo.