Siddharta: Todo / Nada

Después de patearse un gran montante de discográficas españolas para poder
publicar este segundo disco, los malagueños SIDDHARTA han tenido que optar por
la auto publicación a través de Internet. Opiniones aparte, de que si lo distintos
dirigentes de las compañías con las que han tratado, están sordos, o confunden
una buen grupo de rock con el trío ese de señoras que ha representado a nuestro
país en el festival de Eurovisión, podemos decir que la espera de casi cuatro
años ha valido la pena, y que por un medio u otro, la edición de “Todo/Nada”
es un regalo para los degustadores de la buena música que se sentirán como verdaderos
privilegiados. Además, hay que darles las gracias a la banda por brindarnos
la oportunidad de escuchar y disfrutar de estos temas, y eso no se le puede
decir a muchos.

No se cuantos de los que estáis leyendo esta reseña conoce a este grupo, o
cuantos oyeron su trabajo debut “Octubre”, pero muchos estarán de acuerdo que
dar coordenadas exactas del estilo que practican, o buscar grupos similares
es tarea harto dificultosa, y eso, no es otra cosa que una señal positiva. Originalidad
y frescura son dos palabras, más que nombres de grupos o corrientes musicales,
que encajarían perfectamente en el concepto de este grupo. Podría ser osado
y soltar una verborrea de bandas de las que SIDDHARTA, posiblemente, podrían
coger influencias o tener ciertas similitudes, pero sería una lista puramente
subjetiva, en la que estarás de acuerdo o no, una lista absurda, y con toda
seguridad de un uso netamente anecdótico. Otros tantos, utilizarían la palabra
“comercial”, pero no se hasta que sentido habría que tomárselo, con un tono
despectivo rotundamente no. Que sí, temas como “Sentir”, o cualquier otra casi
al azar, podría estar sonando en las radio fórmulas y alcanzar altos números
en listas, pero dudo que sea el objetivo del grupo, que por otro lado importa
bien poco y…. ¿pero que hago justificándolo? es tan simple como oírlo y si te
gusta…..adelante.

 Simplifiquemos, SIDDHARTA hace rock; y asimilar con esta palabra todo un conjunto
de cualidades propias, tales como estribillos pegadizos, melodías a raudales
ya sean vocales o instrumentales, y composiciones coherentes y con verdadero
tiento. Eso sí, con la personificación propia que SIDDHARTA imprime en todas
sus canciones, y con el acompañamiento de una voz cargada de talento, de sentimiento…de
todo, que no es otra que la de Fernando Pleite.

Y ahora viene la parte difícil: ¿Qué os voy a contar de un disco del que me
gusta hasta la página del libreto donde se encuentran los créditos? Haremos
un esfuerzo. En “Todo/Nada” encontrarás una gran variedad de canciones, desde
temas más rockeros, como la inicial “Michelle”, el corte que supuso el título
de su maxi-single “El Rincón de los Vencidos” que ya reseñamos por aquí, “El
Cielo Puede Esperar” o la propia “Todo O Nada” que posiblemente sea de los cortes
que más enlaza con su anterior obra. Con “Todo/Nada”, SIDDHARTA han cultivado
un disco marcado por el protagonismo de la melodía, que ejerce de fuerza motriz
para llevar al oyente espasmos casi constantes de sentimientos, y es posiblemente
esta cualidad la que funciona como hilo conector de todos estos temas. “Al Filo”
(en el que algunos verán la reválida de “Desistiré”) con un final desgarrador
que recoge la atmósfera de unos LED ZEPPELIN en estado de gracia, los estribillos
de “La Piel De Una Promesa” o “Mil Siluetas”, son ejemplos con mayúsculas, y
es que cuando las canciones son redondas poco hay que explicar, todas las palabras
sobran, es mejor sentarse y oír. ¿Sigo? El rescate de su maqueta “Cosas Perdidas”,
me refiero a “Azul” (¡que agudos, madre de Dios!), les ha quedado muy acorde
con el sonido de SIDDHARTA en la actualidad, y que decir de los dos bonus track
“Tan Lejos” y “El Mismo Lugar”, sin duda dos de los mejores temas de todo el
álbum (si es que se puede hablar de “mejores temas”, ya que todos son soberbios),
en la que en la segunda en particular, el señor Pleite nos regala una interpretación
con una pasión exorbitante.

Aunque no cite a todos los componentes, no quiero dejar de escapar y afirmar,
que todos han realizado una labor de sobresaliente, todo ha sido trabajo por
y para las canciones en sí, y sobre todo, esa sutilidad melódica conseguida
por parte del guitarrista Dani Ruiz, que acolcha en gran medida todos los temas,
y ejecuta unos solos en los que hace que las notas expandan un manto cargado
de melancolía que te atrapa. Y es que, como todo en la vida, de los pequeños
detalles se pueden deducir cosas importantes.

Nunca comprenderé, y no me cansaré de repetirlo, que una banda con este potencial
se vea obligado a vender su música de esta forma (aunque quizás sea la mejor,
¿quién sabe?). Háganse con el disco, confirmen mis tesis o desmiéntanlas, ya
que si te gusta o sabes apreciar su estilo, te engancharan. Discos así le alegran
a uno la vida.