Dio: This is Your Life

Nunca he sido un gran fan de los álbumes tributo, pero cuando algo se hace bien, hay que reconocerlo. «This is Your Life» es un proyecto que fue lanzado desde la Stand Up and Shout Cancer Fund: la fundación contra el cáncer que se creó en honor de nuestro querido Ronnie James Dio, quien falleció hace ya casi cuatro años. Con un line-up que reúne a gran parte del firmamento de las estrellas metálicas que siguen alive and kickin’ y un tracklist que bien podría servir como «best of» de la carrera del adorado vocalista, el redondo llega casi a los 70 minutos de duración, pero pasa rápido como un suspiro. La variedad en las voces y la sucesión de grandes temas uno tras otro hacen que la escucha sea realmente ligera y amena, e incluso hace que alguien que no suele disfrutar de este tipo de publicaciones quiera repetir. A mi caso me remito.

La mayoría de grabaciones que encontramos en el redondo no habían sido publicadas hasta ahora, dejando tan sólo como excepción los temas de Doro, Adrenaline Mob, Killswitch Engage y, evidentemente, el último corte. El álbum abre con Anthrax bordando la excelsa «Neon Knights» de Black Sabbath: sin duda alguna, entra en el podio de mejores interpretaciones del álbum. Hay varias maneras de valorar una versión, pero las dos mayoritarias son: llevártela a tu terreno y darle la vuelta a la canción, o calcarla y hacerla lo más similar posible. Scott Ian y compañía se llevan el premio a los que mejor han logrado lo segundo. Joey Belladonna hace un trabajo increíble con un timbre bastante parecido al de Ronnie, mientras que el inmenso sonido de bajo nos trae recuerdos de los dedos de Geezer Butler dominando las cuerdas.

Tenacious D no son ningún portento, eso lo sabemos todos, y por eso su versión de «The Last in Line» tiene más valor sentimental que musical. Jack Black no tiene una gran voz: hace lo justo poniendo tono rockero, pero no va mucho más allá. Fueron buenos amigos de Dio en vida, incluso lo divinizaron en su desternillante película «The Pick of Destiny», de modo que no podían faltar en este sentido homenaje. Los siguientes en salir al ruedo son Adrenaline Mob con de «The Mob Rules», y os diré sin ningún tipo de reparo que este tema es lo mejor que hayan grabado hasta la fecha, porque sus discos no valen ni para calzar la mesa coja del salón. La mayoría nos preguntamos por qué Russell Allen malgasta su precioso tiempo y su increíble voz en semejante proyecto, pero al menos no han dejado un buen cover por el camino.

«Rainbow in the Dark» es el primer corte que no está interpretado por una banda como tal, sino por unos Frankensteins formados por músicos reconocidos, la mayoría de ellos gente que había tocado con Dio en algún momento de su carrera. Corey Taylor (Slipknot, Stone Sour) es el encargado de liderar esta primera milicia, y se mea en la cara de todos los que lo habían ninguneado hasta ahora. Con un registro poco habitual en sus voces nos da una lección de versatilidad y nos muestra que también se defiende estupendamente con las voces más agudas y melódicas. Te puede gustar más o menos lo que haga con sus bandas, pero hay que reconocer que es un gran vocalista. No tan convincente es la interpretación de Halestorm de «Straight Through the Heart». Cabe tener en consideración el buen trabajo de Lzzy Hale a las voces, pero es fácilmente el tema menos relevante del álbum.

La primera versión de Rainbow llega de la mano de Motörhead, con la ayuda de Biff Byford de Saxon a las voces. A Byford este tema le viene como anillo al dedo, del mismo modo que es un gran acierto darle este tema tan rock n’ rollero a la banda de Lemmy. El único problema aquí es el estribillo, en el que ambos cantan a la vez y suena… raro. No es que lo hagan mal, simplemente sus dos voces al unísono no pegan. Por lo demás, todo bien. Seguimos con los de Blackmore, y como no podía ser de otra manera, Scorpions se han llevado la correspondiente balada. Un gran trabajo el que han hecho con «The Temple of the King».

Volvemos a su carrera en solitario con «Egypt (The Chains Are On)», en la que Doro nos brinda unas líneas excepcionales. Con la inmortal «Holy Diver», Killswitch Engage se coronan por ser los que se han llevado una canción original de Ronnie hacia su terreno. La conversión de este himno hacia el metalcore es impresionante, y les queda francamente bien. El listón sigue subiendo con un pletórico Glenn Hughes que comienza susurrándonos emotivamente los versos de «Catch the Rainbow» y acaba demostrando con desgarradores gritos por qué se ganó el apodo de «La voz del rock». Y es que si él era la voz de rock, Dio era la voz del metal. Uno de los momentos cumbre del disco, aunque también me hubiese gustado escuchar a Mikael Åkerfeldt en este tema, que ya demostró que lo borda.

Acercándonos al final tenemos a Oni Logan de Lynch Mob en una versión algo descafeinada y falta de magia de «I». Cumple sin hacer ninguna maravilla, pero al menos podemos disfrutar del bajo del mítico Jimmy Bain. Se echa de menos la participación de Vivian Campbell en alguna canción, pero sí que contamos con otros como Doug Aldrich, Vinny Appice, Simon Wright o Rudy Sarzo. Lo de Rob Halford en «Man on the Silver Mountain» también es más presencial que otra cosa, es evidente que el monje no se encuentra en su mejor estado vocal, pero se agradece mucho el gesto de tenerlo dentro del homenaje.

Metallica son, en mi humilde opinión, los que más brillan en el álbum. Colocados en el penúltimo puesto, se marcan un medley de canciones de Rainbow de nueve minutazos que demuestra lo bien que se les da eso de hacer versiones. Podría haber estado incluida en el gran «Garage Inc.», tanto por sonido como por interpretación. Y es que eso de los medleys es una especialidad de la casa, ya lo demostraron con la increíble mezcla de temas de Mercyful Fate allá por 1998, y lo han vuelto a hacer. «A Light in the Black», «Tarot Woman», «Stargazer», «Kill the King»… un estupendo repaso que le pone el colofón a este gran tributo justo antes de rematarnos con una de las joyas más infravaloradas de la carrera de nuestro querido Ronnie James. Y es que al final de aquel mediocre «Angry Machines» está «This is Your Life», una breve balada capaz de erizarle el alma a cualquiera que le da título a este redondo, y que se convierte en el himno final de un trabajo en el que han participado amigos y conocidos tanto para recaudar dinero para su fundación contra el cáncer como para pasárselo bien tocando los temas de ese pequeño gran cantante que a todos nos enamoraron. Así sí vale la pena hacer un homenaje. Look out!