Skid Row: THICKSKIN

Parece mentira. Han pasado ya muchos años desde que Skid Row azotaran la escena con sus himnos hard rockeros como “Youth Gone Wild”, se ganaran corazones con baladas del calibre “18 & Life” o “I Remember You y tocaran el cielo con aquel Monkey Business. Su reinado era claro y parecían destinados a permanecer junto con Guns’n’Roses en el olimpo de las FM, la MTV y las ventas millonarias. Para mayor inri el buque insignia de los Row era un prodigio de garganta que era reconocido como el sex-symbol del momento. Su siguiente Subhuman Race era una evolución que dejó a sus miles de fans tan confusos como sorprendidos, y su posterior separación les colgó la etiqueta de banda de culto. Siempre se reclamó una reunión, una gira y un nuevo disco, pero sus relaciones interpersonales y el ego de Sebastian Bach parece que dieron al traste con cualquier posibilidad hasta hoy.

Skid Row han vuelto, pero sin Bach ni con Rob Affuso. Algo parecido a la situación actual de los Guns, pero en esta ocasión Bolan, Snake y Hill poseen los derechos del nombre y es el vocalista el que queda descolgado. Por cierto, ha reclutado para su nueva banda al batería Rob Affuso, miembro fundador de Skid Row. Y mientras esperamos acontecimientos por parte del otro bando, vamos a analizar lo que se firma desde este, bajo el nombre de los legendarios Skid Row.

Con el fichaje de un vocalista como Johnny Solinger queda claro que la intención del grupo es romper con el pasado, echar la vista atrás lo justo y enfocar su nueva aventura discográfica desde un punto de vista musicalmente distinto. No se ha buscado un clon de Bach, Solinger es otra historia, una historia que funciona perfectamente con la nueva orientación del grupo, pero probablemente una historia a la que el fan de los 90 no va a gustarle en demasía. “New Generation” es toda una declaración de intenciones. El título ya nos avisa, material de sonoridades alternativas. Nada de guitarras de alto voltaje ni agudos altísimos ni solos. Ni siquiera actitud podríamos añadir. La cadencia rítmica y la voz distorsionada del inicio están más cerca de Marylin Manson. El guiño al pasado queda reflejado en el remake de “I Remer You Two”, versión acelerada de la mítica balada que descoloca completamente. Hasta está más cerca del punk Ramoniano que de esa mítica banda que cautivó a principios de los 90. Pura diversión y así se aseguran de que no se compare la labor vocal de Solinger respecto a la original grabada por Bach. No apta para los más acérrimos seguidores, pero curiosa. Afortunadamente en las guitarras y el bajo vais a poder notar la impronta clásica de los Skid Row de siempre, aunque a veces se haga realmente difícil encontrarla como en el caso de “Ghost”. Melódica y accesible, pero puro rock alternativo. El escaso Hard que podemos rescatar de Thickskin lo encontramos en “Thick Is My Skin” y “Lamb”, pero seguramente no es lo que buscas. Algo de velocidad, buenos riffs de guitarra y un aire a lo que esperamos del grupo. El inicio de “Swallow Me (the real you)” hará que os preguntéis si realmente habéis pinchado el último de Skid Row o el de cualquier banda del Seattle de principios de los 90. Algo parecido sucederá con la melódica “Born A Beggar”. En cuanto a baladas, un terreno que históricamente se les ha dado a las mil maravillas, nos brindan la funcional “See You Around”, que sin estar mal del todo está a años luz de cualquier cosa realizada en los viejos tiempos. Tampoco mejora las cosas “One Light”, pero si se acerca más a las clásicas del grupo. Si esta la pilla Sebastian Bach podría nacer un clásico. La despedida con “Hittin A Wall” cierra con un buen sabor de boca. Juntamente con “Lamb” y “Thick Is The Skin” mantienen ese sonido clásico, pese a que esta resulta algo más oscura.

Han vuelto Skid Row, pero con el hándicap claro y evidente que poco o nada tienen que ver con los históricos. Para llegar a apreciar a estos Row hay que verlos como una nueva banda, algo parecido a los Helloween actuales con Deris al frente. Solinger no es un mal cantante, pero cuando ataque en directo “Piece Of Me”, “Youth Gone Wild” o “Monkey Business” el público se lo puede comer. Thickskin no es un mal disco, siempre que no se compare con sus buenos tiempos. Lo dicho, una polémica nueva andadura de los chicos de Snake que difícilmente convencerá al clásico seguidor del grupo.