Bring Me The Horizon: There Is A Hell, Believe Me I»ve Seen It. There Is A Heaven, Let»s Keep It A Secret

Es curioso el caso de BRING ME THE HORIZON. Amados y odiados a partes iguales, algunos no entienden los estragos que provocan estos cinco chavales entre los adolescentes, sobre todo del Reino Unido. El caso es seguidores no les faltan, así que algo tendrán. Ya sea calidad, suerte, una buena promoción… pero algo tienen. Por tener, también tienen una larga lista de detractores, que no ven en ello más que cinco jóvenes tatuados haciendo ruido; ya se sabe, los prejuicios en la vida son muy malos, y en la música están a la orden del día con la estética que tiene cada estilo.

En la producción vuelven a contar con Fredrik Nordström (IN FLAMES, ARCH ENEMY, DARK TRANQUILLITY), si bien su sonido poco tiene que ver con las bandas con las que acostumbra trabajar. Lo que sí tienen todas en común es la intensidad y energía que transmiten, y a buen seguro que ahí se nota la mano del sueco. Partiendo de la idea cercana de un disco conceptual desde el título, en él intentan encontrar un equilibrio entre lo positivo y lo negativo, entre la euforia y la oscuridad; una dualidad que queda reflejada desde el título y la portada del disco. Quizá en esa búsqueda es donde han marcado la diferencia con sus dos primeras obras, ampliando miras y no yendo tan directos en sus canciones. La locura del grupo sigue intacta en varios cortes, pero la experimentación ha cobrado protagonismo en su sonido.

El primer single, ‘It Never Ends’ ya dejaba ver ese cambio en la dirección de la banda, si bien es de los peores vídeos que recuerdo últimamente. También se hace evidente en el corte inicial del álbum, Crucify Me’; el más largo de los doce del disco, presenta la frase que lo da título, programaciones y la colaboración de Lights Poxleitner. Pero donde mejor se mueven es en los temas directos, rápidos y desquiciantes; ‘Anthem’, ‘Fuck’ (con la presencia de Josh Franceschi de YOU ME AT SIX ), ‘Alligator Blood ‘, ‘’The Fox And The Wolf’ (con Josh Scogin de THE CHARIOT) o ‘Visions’ son las mejores cartas de presentación del sonido característico de BMTH. Pero el grupo no sale tanbien parados en los temas lentos. El registro vocal de Oliver Skyes desgañitándose no cuaja con ritmos pausados, y temas como ‘Dont Go’ (de nuevo con Lights Poxleitner) o ‘Blacklist’, musicalmente amplían horizontes en la música del grupo, pero la voz no acompaña. Por otro lado, ‘Blessed ith A Curse’ se queda a medio camino entre esas dos caras de la moneda, y sí que consigue llamar la atención.

En definitiva, puede que les sobre un poco de pose y apariencia, pero tras ella se encierra un grupo con gran futuro por delante y con un presente asegurado. Están llamados a liderar una escena junto a otros grupos jóvenes, y así lo están haciendo en su gira junto a PARKWAY DRIVE, ARCHITECTS y THE DEVIL WEARS PRADA. Además, ya tienen confirmadas presencias en diversos festivales europeos, incluido el Resurrection Español.