Ten: The Twilight Chronicles

Ya lo venía anunciando el vocalista Gary Hughes en diversas entrevistas previas al lanzamiento de este nuevo “The Twilight Chronicles”. El material que incluirían esta vez, iría encaminado por terrenos más épicos, con más orquestaciones (¿o debería decir teclados?), con más coros que reforzaran esa majestuosidad que pretendían plasmar, etc, etc. Todo más grandilocuente, y en cierta medida, uno de los discos más ambiciosos de la banda. Para los seguidores de TEN no suponía una sorpresa que decidieran darle especial relevancia a esa faceta épica (“The Name Of The Rose / Wildest Dream”, “Evermore”, “Fear The Force”, “We Rule The Night” y suma y sigue), el caso era comprobar que si los buenos resultados obtenidos en el pasado, seguirían existiendo en el presente. Nada de eso. “The Twilight Chronicles” es el disco que hace que TEN den un paso atrás en un momento nada propicio para ello.

No me malinterpretéis, este trabajo no es que sea perjudicial para la salud auditiva, pero es más propio de una banda de segunda fila que de una formación con grandes trabajos grabados en su carrera. Ese feeling que los británicos tenían en el pasado se ha perdido por completo, ya que los temas de “The Twilight Chronicles” pecan de sosos, repetitivos, abonados a la monotonía, y dejan en evidencia todas las carencias que TEN siempre han tenido (melodías resultonas, cantante lineal a más no poder…), pero que con logradas melodías, con estribillos pegadizos y en definitiva, con canciones con verdadero gancho, quedaban relegadas a planos inferiores. Se vuelve a repetir la sensación que transmitía “Far Beyond The World”, otro disco al que le faltaba empuje. Y que de sus tres últimos trabajos solo sea decente uno de ellos, “Return To Evermore” (por cierto, reeditado a la par que este nuevo disco), no es una buena señal para un grupo. Una lástima, lo dice un seguidor confeso de la banda de Gary Hughes.

El caso es que, tras varias escuchas evitando la somnolencia, TEN han tenido en sus manos hacer un trabajo más que digno, esa es al menos mi sensación. Por el contrario, con tanta intros, outros, pasajes épicos en el que rezas que llegue su final y la madre que los parió, encaminan este trabajo a un fin de trayecto marcado por la repetición innecesaria de esquemas musicales. Solo hay que escuchar el tema inicio “The Prologue / Roma” para ver esa carencia de fuerza en favor de marear la perdiz una y otra vez; o en la balada “The Elysian Fields”, ¡con lo bien que se le da a la banda estos tiempos lentos¡, demasiado arrastrada y sin ningún punto de emoción. Si en cambio “This Heart Goes On”, uno de los cortes más destacables de todo el redondo, y con ese sentimiento al que nos tienen acostumbrados y que en toda la primera parte de este trabajo se comenzaba a echar de menos. Mención especial a las pocas ganas con las que canta Gary Hughes en todo este disco, sobre todo en temas con melodías muy conseguidas, caso de “The Cronicles” o de “Born To The Grave”, echando por tierra todo el trabajo compositivo con una interpretación carente de pasión. En este último se desmarcan un poco de la línea musical que impera en todo el álbum, y junto con uno de los solos más destacables de Halliwell, termina convirtiéndose en un tema un tanto especial.

Aunque no todo es negativo en “The Twilight Chonicles”. Casualidades de la vida, cuando dejan apalancado esa pomposidad épica e interpretan su hard rock de siempre, pongamos como ejemplo “Hallowed Ground” (aunque ese intermedio repitiendo la dichosa melodía “épica” que atraviesa todo el álbum sobra) o unas destacables “The Twilight Masquerade” y “Tourniquet”, si existe un resquicio para la esperanza. Vuelven a la forma básica de hacer canciones de manera eficiente, sin rodeos innecesarios y demás pantonimias. Buenas melodías, buen estribillo y su respectivo solo de guitarra por aquí y por allá. Y ya está. Sin complicaciones, simple, pero gusta. Eso sí, de nuevo Gary Hughes parece no haber tenido un buen día e interpreta sus líneas vocales con el piloto automático encendido. Uno llega a preguntarse si ha sido la producción del propio Hughes la causante de dejar este trabajo desnudo del poderío necesario.

No es que sea reticente a que los grupos prueben cosas nuevas, ni a que refuercen ciertas cualidades que les haga destacar sobre el gran montante, pero si el experimento falla, habrá que probar con otros elementos para configurar la fórmula acertada. Que duda cabe que este “The Twilight Chonicles” lo dejaremos apalancado y seguiremos manteniendo el mejor sabor de esta formación al ritmo de “Fear The Force”,  “The Robe”, “Red” o cualquier otra joya que tienen escondida en su discografía. Hay que intentar eliminar ese sentimiento de que cualquier tiempo pasado fue mejor.