It Bites: The Tall Ships

Gran disco, palabra. Es sorprendente ver que una banda que ha estado parada desde 1990 al 2006 sea capaz de realizar una obra de tamaño calibre. Su rock melódico y progresivo es fácilmente emparentable con lo que llevan haciendo bandas como Marillion o los Flower Kings, destellos progresivos fundidos en capas de rock accesible y pop de calidad, y en su caso, con unos teclados muy AOR que completan la mezcla divinamente.

Temas como los que abren “Oh My God” y “Ghosts” son dignos de ovación. El equilibrio entre melodías e instrumentación es exquisito pero sobretodo destacan por la composición, y es que la mayoría de cortes compuestos en este disco son de notable alto. Si los desarrollos lo requieren los cortes pueden llegar a los ocho o hasta los 13 minutos, síntoma de que no cierran puertas ni van a la caza de un single.

La homónima “The Tall Ships” es otro de los buenos momentos del disco, a acústica y con la dorada voz de John Mitchell dominando por encima de una cuidadísima producción. Destacan sobretodo los trabajados teclados de John Beck, creando atmósferas y dando muestras de su destreza.

Atención a la delicia pop, algo edulcorada pero no por ello sincera y brillante, “Great Disasters”, con una línea vocal de las que se clava en el cerebelo. Otro estribillo perfecto es el de “Fahrenheit”, puro AOR con destellos progresivos para nada forzados. La final “This Is England” es un carrusel extenso de las posibilidades que posee el grupo y en el que se demuestran las fuertes influencias que van desde Marillion a los coros de Queen. Absolutamente lo mejor del disco.

Disco que no cambiará nada sin ningún tema capaz de golpear como lo hiciera su clásico de los 80 “Calling All the Heroes”, pero que es un placer a la escucha. Cada tema tiene suficientes argumentos como para darle al disco una oportunidad. Queda claro que será de esas obras de culto, reivindicada por unos pocos y con mucha razón de hacerlo. ¡Veteranos con mucho que ofrecer!