The Neal Morse Band: The Similitude Of A Dream

“The Similitude Of A Dream” no podría ser el título más indicado para este álbum. Sorpresas y más sorpresas, y cuantas más escuchas, más sorpresas. Aunque sean muchos los caracteres musicales que Morse y compañía introducen (no os podéis hacer una idea, pero de todas estas aventuras musicales salen airosos), no pierden hilaridad sónica.

Da igual que vista con traje y corbata, con ropa casual, o con chándal. Un artista es un artista a todas horas. Y algo así le pasa a Neal Morse, que tras dejar SPOCK’S BEARD, ha seguido labrando una carrera llena de grandes discos que integran melodías sublimes. Al alcance de muy pocos. Tras sus múltiples proyectos, amén de su carrera en solitario, ahora nos trae un doble álbum de más 100 minutos de delicadeza compositiva e interpretativa bajo el nombre de THE NEAL MORSE BAND. O lo que es lo mismo, con Mike Portnoy (batería) y Randy George (bajo) como fieles escuderos como viene siendo habitual, además del guitarrista Eric Gillete y el teclista Bill Hubauer. La banda de Morse también firman la composición musical de estas canciones, recayendo sobre sus hombros todas las letras.

Lo que nos encontramos en este “The Similitude Of A Dream”, es un arsenal de imaginería progresiva. Muchísima imaginación sobre papel pautado. Desde trayectos de puro y crudo rock, hasta momentos más metálicos que nos hace retrotraernos al pasado de Portnoy en DREAM THEATER. Escuchen “Breath Of Angels” y seguro que esa melodía hiriente de guitarra os recordará a cierta canción de los neoyorquinos. Ahí va un juego de adivinanza gratuito. Las comparaciones, las dejaremos aparte, porque podrían quedar mal DREAM THEATER si a sus últimos trabajos nos referimos (alguien tenía que decirlo).

Puede que el largo metraje de los dos redondos le cause reticencia a mucha gente, pero os prometo que una vez que os sumergís en esta retahíla de melodías vocales (los coros están interpretados al dedillo), desearíais que durara más aún. El estribillo pegadizo de “City Of Destruction”, la psicodelia de “The Mask” o los momentos jazzísticos de “Shortcut To Salvation”, son sólo unos cuantos de ejemplos de todas las cualidades que ponen en práctica a lo largo de toda la duración de este trabajo.. ¡Hasta partes de country en “Freedom Song” son capaces de interpretar sin despeinarse! Todo ello sin dejar de nombrar esos interludios instrumentales que no están meramente para adornar o rellenar tiempos precisamente.

“The Similitude Of A Dream” no podría ser el título más indicado para este álbum. Sorpresas y más sorpresas, y cuantas más escuchas, más sorpresas. Aunque sean muchos los caracteres musicales que Morse y compañía introducen (no os podéis hacer una idea, pero de todas estas aventuras musicales salen airosos), no pierden hilaridad sónica en ningún momento. Todo tiene su razón de ser, un significado; partes aparentemente sueltas, se unen y se complementan. Como en un sueño.