Paradise Lost: The Plague Within

Con el tiempo he llegado a apreciar todas y cada una de las evoluciones del grupo (incluso del “Host”), pero si me preguntas con qué etapa de Paradise Lost me quedo, lo tengo claro: “Icon”, “Draconian Times” y… “The Plague Within”.

Supongo que a estas alturas ya es un clásico eso de que Paradise Lost saquen un disco nuevo y te digan que van a volver a sus inicios y a sonar como en los primeros días… Pero esta vez sí que tenemos que darles la razón. Se ha completado el círculo. Paradise Lost han vuelto a recrear el sonido de “Icon” e incluso de sus primeras obras más doom. Venían de una obra espectacular como fue “Tragic Idol” y esto suponía todo un reto. No diré que los cortes que encierra este nuevo disco estén a la altura de los clásicos, pero sí que me parece un gran disco con todos los clichés clásicos y el sonido auténtico que crearon en su día. Puede que el fichaje de Nick Holmes por Bloodbath haya terminado por convencer al combo de Halifax para atreverse a ello, así que toca disfrutar y darle varias escuchas a “The Plague Within”. De entrada te darás de frente con una producción exquisita y un notable trabajo de composición.

Riffs pesados, ritmos lentos, teclados clave, orquestaciones puntuales y combinación de voces limpias y guturales por parte de un Holmes que parece empeñado en demostrar toda su gama de registros de antaño. Destaco especialmente “Victims of the Past” pues aglutina todos los elementos narrados anteriormente. De todas formas el disco se inicia con “No Hope in Sight”, toda una declaración de intenciones. Hay aquí muchísimos elementos del “Icon”, especialmente con el tratamiento de guitarras de Greg Mackintosh y Aaron Aedy. En “An Eternity of Lies” hay esa combinación de tiempos doom pero con mucha melodía, acrecentada por esa voz femenina y esos pasajes a teclado algo folkies. Variaciones de tempo y una base contundente. El doom más tradicional y genuino asoma en “Beneath Broken Earth”. Sonando a rueda dentada gigante avanzando inexorablemente a ritmo pausado y arrasando con todo.

“Terminal” promete ser una de las grandes bazas de cara a los directos. Holmes rasga su garganta y la dupla de guitarras mantienen el fraseo trepidante apoyando una muy buena línea vocal. Adrian Erlandsson disfruta de una producción perfecta en la que se destaca mucho la batería. Lo mejor de este disco es que no hay momentos bajos ni temas de relleno. Incluso la inclusión de cuerdas orquestales en la doomy “Sacrifice the Flame” ha quedado muy bien. La intensidad va creciendo potenciada por los violines, algo que ya hicieron con suma maestría en “Icon”. En “Flesh of Bones” hay una combinación de doom y black buscada y sumamente marcada. Sorprende que busquen tan claramente sus inicios. Curiosamente cierran con “Return to the Sun” orquestada y con reminiscencias al último corte que cerraba “Icon”: “Christendom”, si bien no alanzan la perfección de esa maravilla. Pero si hay dualidad de voces, rasgada y clara a tiempo doom. Mención especial a la cuidada portada manierista al estilo de Arcimboldo.

Si eres de los que disfrutaste “Icon” y “Draconian Times” verás en este disco una continuación lógica y una voluntad evidente de volver a esas sonoridades. La etapa gótica ya ha quedado cerrada y hay la sensación de que el grupo vuelve firme a transitar la senda por la que fueron reconocidos en medio mundo. Gran disco a la altura del anterior, aunque veremos si el bueno de Nick Holmes es capaz de rasgar su garganta en directo como lo hace en disco. Soy de los que no les ha visto un concierto bueno en las muchas veces que he podido verles en directo, así que esa espina sigue clavada. Hay muchísimo material que puede convivir con los muchos clásicos de la banda sin llegar a palidecer, así que disfrutad de uno de los mejores discos de 2015. Con el tiempo he llegado a apreciar todas y cada una de las evoluciones del grupo (incluso del “Host”), pero si me preguntas con qué etapa de Paradise Lost me quedo, lo tengo claro: “Icon”, “Draconian Times” y… “The Plague Within”.