Dawn Of Winter: The Peaceful Dead

Ha pasado algo de tiempo desde que DAWN OF WINTER presentó algo nuevo… Su última grabación data de 2003, se llama "Doomcult Performance" y no es sino una maqueta del año 1994 que nunca había visto la luz hasta entonces. Pero si nos remitimos a Lps, no ha habido nada nuevo desde su único disco titulado "In the Valley of Tears" del año 1998. Si han dejado tanto tiempo entre un trabajo y otro es porque algunos de los miembros de esta banda de Doom alemana militan además en otra formación vinculada al Power Metal: su cantante Gerrit P. Mutz y su guitarra Jörg M. Knittel también tocan en SACRED STEELE. Así, junto a Joachim Schmalzried y Dennis Schwediwy al bajo y a la batería respectivamente –formación que se mantiene igual desde 1993-, parece que Dawn of Winter no es más que una vía de escape para que estos músicos expresen sus sentimientos más oscuros y depresivos… de vez en cuando.

Este "The Peaceful Dead", lanzado a través del sello Massacre Records, es un trabajo que contiene sensibles diferencias en comparación con sus anteriores lanzamientos. No obstante, se siguen distinguiendo bastante bien las influencias de las que han bebido: reminiscencias de CANDLEMASS y sobre todo de ST. VITUS están presentes desde el principio hasta el final del álbum.

Esta vez, y con la excepción de "Burn Another Sinner" –el tema rápido- y "A Peaceful Dead" –el tema lento-, todas las composiciones discurren en los mismos términos: medios tiempos y atmósferas muy dolientes. Después de escucharlo un par de veces, se puede decir que se trata de un álbum melódico, con estribillos muy definidos y cadencias tristes, depresivas… Un punto interesante del disco llega de la mano de "Throne of Isolation", buena representación de cómo suenan las baladas en el Doom y en donde la música deja de ser tan pesada para dar paso a unas bellas melodías. "Mourner" y "Anthem of Doom" van por otro camino, conteniendo riffs más dinámicos y un poco diferentes a lo que se suele encontrar en este género. Aún así hay algo que no me convence para nada, y es el papel de Mutz a las voces. No me pega su estilo en una banda de este tipo, para mí se le ve demasiado el plumero de vocalista en grupo de power/epic/speed metal. Y no es cuestión de que cante bien o mal, a nivel técnico no tengo nada que decir. El asunto es el timbre de su voz, que personalmente no convence.  Esto y que, en realidad, salvo un corte, ninguno ha conseguido transmitirme la melancolía y amargura que toda banda de Doom debe transmitir, son los factores que me hacen ver este disco como algo totalmente prescindible. Bandas de Doom hay a patadas, y sin ser una especialista en el género creo que las he escuchado mejores. Aunque a lo mejor, precisamente por no ser experta, resulta que tengo ante mí una obra maestra y no me he dado cuenta. Os invito a que saquéis vuestras propias conclusiones.