Mucho me temo que a pesar de que sus nuevos fans mantendrán a flote la nave, el interés en Sonata Arctica decae disco a disco. Gran sonido, muy buenas letras pero ya no hay nada de excitante en un disco de Sonata. Cumplen pero no enamoran.

Desgraciadamente para Sonata van a ser recordados por su power metal y especialmente por “Ecliptica”, unos sonidos de los que se han ido desmarcando progresivamente hasta terminar con un hard rock personal con tintes prog interesantes. Pero a pesar de haber cosechado nuevos seguidores el éxito de sus entregas va decayendo, así como su nivel de popularidad. Lo polémico del caso es preguntarse si realmente el cambio ha sido evolución natural o bien se desmarcaron del power ya que la voz de Kakko se rompía al atacar el material de los primeros discos. Puede que de entrada estemos ante su disco más personal y flojito, pero las sucesivas escuchas van calando y uno se sorprende al cantar algunos de los estribillos en sus (pocos) ratos de ocio. Gran producción predominancia de tempos medios y baladas sobre los momentos veloces pero, ante todo, la gran novedad es la teatralidad de algunos temas, que precisamente es lo más logrado del disco. Todo gira esta vez alrededor del concepto del daño que provoca el ser humano a la naturaleza.

Tony Kakko sobresale especialmente, demostrando que saca de su chistera todos los registros y domina a las mil maravillas sus posibilidades, pero eso sí, olvidaros de los agudos powermetaleros. Gran trabajo en las letras y es en “Life” cuando, a golpe de medio tiempo, convencen con esos momentos de voz-teclado apostando todo al negro en las melodías (hay incluso un “nananana”). La producción del resto de instrumentos es propia del heavy metal especialmente en bajo y batería. La onda musical de Broadway se da la mano con retazos power en “Till Death’s Do Us Apart”, quizá lo más atractivo del compacto a pesar de que parece que no la tocan en directo. Tema complejo y cambiante. El disco necesita de muchas escuchas para sacarle el jugo a composiciones como “Closer to an Animal”, inspirada y de lo más directo del disco. Medio tiempo de teclados envolventes y bajo protagonista aunque sorprende que sea la encargada de abrir el disco. Entrada a lo Nightwish en “Fairytale”, armada con doble bombo pero sin buscar las velocidades primerizas. Posee el estribillo del disco demostrando que siguen poseyendo magia y consiguiendo un nuevo clásico en esta etapa. Grandes juegos con las voces dobladas. La balada del disco es “We Are What We Are” de aires folk y con esos coros 100% Sonata y flauta invitada de Troy Donockley (el multi-instrumentista de Nightwish).

Desgraciadamente el buen inicio no se mantiene a lo largo del disco y la cosa va un poco para abajo en cortes como “Among the Shooting Stars” y otras que se hacen realmente largas, más allá del minutaje utilizado. En “Rise a Night” hay un inicio power pero sin la chispa de antaño. Mejoran las cosas con “Fly, Navigate, Communicate”. Contundente, pesada pero original y melódica. Se eleva hasta lo mejor del presente disco junto a las del primer tramo, ganando velocidad e intensidad y destacando el solo de guitarra de Elias Viljanen. “Candle Lawns” está muy lejos de sus mejores baladas y la suite larguísima de “Black Pearl Black Oceans Part II” naufraga en su intento de acercarse en su anterior entrega. Orquestaciones y pomposidad teatral no son suficientes esta vez. “On the Faultline” (Closure to an Animal) cierra a modo de coda solemnemente, con piano, voz y teclado atmosférico.

Puede que el lobo como símbolo de Sonata podría ser cambiado al canario flauta debido al cambio estilístico y representaría mejor lo que son a día de hoy Sonata Arctica. Pero a pesar de la mutación sónica (ahora ya definitiva y completa) siguen manteniendo el nivel compositivo, y si te han gustado los tres anteriores discos disfrutarás este “The Ninth Hour”. Mucho me temo que a pesar de que sus nuevos fans mantendrán a flote la nave, el interés en Sonata Arctica decae disco a disco. Gran sonido, muy buenas letras pero ya no hay nada de excitante en un disco de Sonata. Cumplen pero no enamoran. Es genial que hayan encontrado su sonido y que hayan ido más allá del quiero-ser-Stratovarius, pero su nombre estará siempre ligado al power metal, y eso es un lastre que les va a pesar mucho. Nos podemos ir preparando para dentro de 3 años una gira con el “Ecliptica” entero…

Grupo:Sonata Arctica

Discográfica:Nuclear Blast

Puntuación:6

Canciones:

  1. Closer to an Animal
  2. Life
  3. Fairytale
  4. We Are What We Are
  5. Till Death's Done Us Apart
  6. Among the Shooting Stars
  7. Rise a Night
  8. Fly, Navigate, Communicate
  9. Candle Lawns
  10. White Pearl, Black Oceans (Part II: By the Grace of the Ocean)
  11. On the Faultline (Closure to an Animal)

Año:2016

Votación de los lectores:5