Mudvayne: The New Game

MUDVAYNE supieron salirse en cuanto pudieron de un saco que, una vez roto, empezó a dejarse grupos por el camino. Acusados en sus comienzos de ser una copia en estética de SLIPKNOT debido a sus pinturas, para su segunda obra empezaron a desmarcarse de tan absurdas e irritables comparaciones, para hacerlo por completo poco después. De nuevo han contado en la producción con Dave Fortman, que ya fuera encargado en «Lost And Found» hace tres años.

En ese tiempo han tenido meses de sobra para preparar esta cuarta obra, e incluso, Chad Gray y Greg Tribett, de grabar con el proyecto paralelo HELLYEAH y girar con él, junto a Vinnie Paul. Aunque tras escuchar el resultado, tampoco es que se aprecie demasiado trabajo, o al menos, la calidad que presentaban sus obras anteriores. En ellos se encontraban con mayor facilidad tanto singles como temas con facilidad para enganchar, y aquí es bastante más complicado ese hecho. Bien es cierto que su estilo se ha ido transformando con los años, y que las composiciones cortantes han ido quedándose en el olvido, para dar paso a unas estructuras algo más accesibles y rockeras.

«Do What You Do» no es precisamente el single que cualquiera que siga al grupo podría esperar de ellos. Una primera parte muy tranquila, con guitarra limpia rozando lo acústico y pequeños guiños al pasado en el estribillo no es que sean una carta de presentación de sonido del grupo… hasta ahora. Porque el cambio que han ido teniendo con el paso de los años aquí se acentua. De hecho ese tema incluso tienen un pequeño solo de guitarra; definitivamente, sí, algo ha cambiado… «A Cinderella Story» por ejemplo tiene una estructura muy similar, y se olvidan bastante de la distorsión o cambio de ritmo en «Scarlet Letters», haciendo algo algo que queda entre medias de balada y medio tiempo; y esto ocurre también con  «Never Enoguh».

Más normales, o al menos previsibles, son «A New Game», «Fish Out Of Water», o «The Hate In Me», composiciones que cuadran mejor en el estilo que habían venido practicado hasta ahora, aunque algo menos crudas; más melódica es incluso «Have It Your Way», llegándose a echar en falta en general en el disco esos gritos característicos de Chad. En definitiva, un álbum que se queda a medio camino en cuanto a estilos, y que quizá sirva de puente hacia un cambio total del  grupo en su siguiente obra… pero, en cualquier caso, bastante prescindible en su discografía.