Iron Savior: The Landing

Hacía tiempo que no desempolvaba los discos del bueno de Piet Sielck hasta que no hace mucho me puse a escuchar su “Dark Assault”. Y sigue teniendo ese toque de encanto y hay un buen puñado de buenas composiciones. Tras cuatro años de silencio (creía que había pasado mucho más tiempo), Sielck reaparece con otra colección de power metal 100% Iron Savior y con su concepto de alienígenas que viajan por el espacio futuro. Ahora ya no está Kai Hansen de apoyo y la temática me parece desfasadísima, pero no por ello su música. Su voz es muy personal, casi podemos afirmar que es única, y al escuchar el disco sabes, sin duda alguna, que es él. Eso sí, a muchos no les gusta precisamente.

Sielck sigue en forma y demuestra que es capaz de firmar buenas composiciones, grandes melodías y tirar de una garganta que siempre ha jugado en tonos bajos. Hay que aplaudirle temas como “Starlight” (de lo mejor que ha grabado nunca) o “The Savior”, manteniendo el tipo de forma ejemplar. Ahora que el power metal vive en las sombras y está más que denostado se agradece que Sielck siga demostrando que, aunque nadie lo hubiese imaginado, estaría en el grupo de los supervivientes. No todo brilla pues cortes como “Heavy Metal Never Dies” son innecesarios, empezando por el título, y la repetición de esquemas lastra bastante al disco.

A pesar de ello toda la banda demuestra un enorme nivel y el disco suena de maravilla. Thomas Nack está genial tras los parches y Piesel también lo borda a las guitarras. “Hall of the Heroes” es un medio tiempo logrado con un teclado de apoyo y una letra obvia y tópica a más no poder. El rollo hímnico la salva, pero tampoco es para tirar cohetes. “R.U. Ready” es un tributo a los títulos clásicos del metal, al puro estilo Sabaton. Puro metal añejo pasado por el filtro Sielck. La sensación de piñón fijo y el tono de su líder da la sensación de repetición constante. A pesar de ello si disfrutaste con sus primeros discos cortes como “Faster than All” enganchan y el trabajo de guitarras es sumamente notable. El disco termina bien con la balada “Before the Pain” y con la melódica “No Guts, No Glory”, menos power y sí más a medio tiempo.

Los tiempos han cambiado y Piest Sielck no. Hay cosas buenas y malas en ello, pero creo que a día de hoy Iron Savior va a darle más quebraderos de cabeza que alegrías. Los Savior pecan un poco de predecibles y de sonar como se supone que tienen que sonar. No llega al nivel de sus dos primeros discos ni al de “Condition Red”, pero si te gusta el grupo las dos primeras balas, arriba mencionadas, son imprescindibles. A quienes les seguimos a finales de los 90 nos puede gustar, el resto… bajo su responsabilidad.