The Jury and The Saints: The Jury and The Saints

Rebosan juventud, mucha actitud y suenan comerciales como pocos. Desgraciadamente en algunos momentos se nota algo forzado el uso y abuso de “uooos, uooos”, otras veces calcando algún estribillo de los grupos anteriormente mencionados. Bien, puede que no sea un estilo que nos vuelva locos pero quedan apuntados. Esta clase de grupos termina por llenar grandes recintos...

Poco sabíamos de esta gente más allá que provienen de las antípodas y que desde 2010 están consiguiendo hacerse un nombre dentro del mundillo rockero. Dudo que tengan especial interés para el público de esta web, pero siempre está bien dar cancha a todo tipo de propuestas, y nunca se sabe, por estilo podrían conseguir algún día llegar a algo. El estilo es un pop-punk festivo, hímnico con exceso de “uooo, uooo”, de miras modernillas y que persigue el single de éxito como si les fuera la vida en ello. Podemos emparentarles estilísticamente con Biffy Clyro, Paramore, Disturbed, Massive, Billy Talent y demás. Juegos de estructuras y coros, solos en segundo plano y protagonismo de las voces de Jesse Smith e Ivan Beets.

Hay buenos momentos pero si no te va el estilo vas a encontrar los 12 temas realmente lineales y algo repetitivos. En general la cosa va de más a menos y curiosamente cuanto más escucho el disco menos me atrae, algo que no suele ocurrir. Lo mejor es la apertura con la infecciosa y adictiva “Start Moving” con mucho regusto a Billy Talent. Hay una búsqueda inequívoca al himno de estadio. En “Last Mistake” mantienen la misma fórmula aunque de forma más suave y poppie y con efectos de sintetizador propios de Thirty Minute to Mars. Pop descarado pero con garra en “Fever”, aunque bien rematada por un estribillo facilón y con gancho. En general hay muy buenos trabajos en los coros. En “Freedom Fighter” hay cambios de cantante, turnándose los cuatro y tirando de poderosos coros. Una mezcla buena entre indie pop y punk realmente conseguido.

“Focus” es el single de turno pero puede que sea “City Lights” la que posee más potencial para arrasar. Aquí dejan patente que el grupo es bueno componiendo y que tienen algo especial. Lástima que el resto de la obra no termine de sonar tan redonda. Mantienen el tipo “Monday Morning”, “Make Our Mark” y demás, pero tampoco aportan nada novedoso a lo ya aportado. Los cambios de cantante y esos coros tan directos más algún cambio de feroz punk a balada terminan de dar la última brochada a esta segunda obra discográfica.

Estos Kiwis parece que están asomando con muchas ganas. Es un estilo de música en boga y hay buenos momentos a la par que hay un público ávido de este tipo de productos. Rebosan juventud, mucha actitud y suenan comerciales como pocos. Desgraciadamente en algunos momentos se nota algo forzado el uso y abuso de “uooos, uooos”, otras veces calcando algún estribillo de los grupos anteriormente mencionados. Bien, puede que no sea un estilo que nos vuelva locos pero quedan apuntados. Esta clase de grupos termina por llenar grandes recintos…