Axenstar: The Inquisition

Nos encontramos ante este tercer álbum de estos suecos que, desde 1998  y,
en sus principios con el nombre de “Powerage”, practican un “power metal” típico
de estos días aunque interesante por momentos.

Nada más ver el compacto nos maravillamos con una cubierta francamente genial,
una estatua en llamas muy lograda creada por un tal “Toxic Angel” que merece,
aunque más no sea, mención.

El compacto se constituye de sólo ocho temas por lo que, con apenas 38 minutos
de música, se hace realmente escaso. Así pues, introduciendo el tema con este
primer detalle, nos lanzamos a hablar del compacto.

El “power metal” que practica la banda es típico, las voces son más que clásicas,
el sonido no presenta nada del otro mundo y ninguno de los instrumentos destaca
demasiado aún así las composiciones están bastante logradas con lo que podemos
escuchar todo el disco de una tirada sin que arranque bostezos en demasía de
nuestra persona. Aún así resulta un poco monótono.

Todos los instrumentos cumplen limpiamente sus funciones. De vez en cuando
unos muy tímidos coros se asoman aunque siempre resultan ser sólo un suave
eco sin adquirir nunca un protagonismo que podrían suponer un punto verdaderamente
interesante. Los teclados, así mismo, no cobran mucho protagonismo, quizá porque
si lo hiciesen remitirían demasiado a “Sonata Arctica” o a “Stratovarius” que
se presentan como influencias notables de la banda.

La voz es un tanto insípida y se conforma con cumplir su línea en un tono
medio sin grandes saltos o agudos desgarrantes. La guitarra pocas veces articula
algún solo y éstos acostumbran a ser en una línea “power” bastante clásica.

Las canciones dejan caer un rocío alegre aunque no suelen ser verdaderas lluvias
de azúcar o caramelo confitado salvo en algunos pasajes en los que haría falta
un poco más de dureza quizá.

Los temas siguen, todos, una misma línea “power” muy conocida por todos. Algunos
pasajes se deslizan dentro del género hacia un sonido más tipo “Children Of
Bodom” aunque siempre queda en una alusión que acaba volviendo siempre a la
base melódica típica. El único punto en el que se produce algún cambio es en
el tema “Drifting” que rompe con la línea y resulta ser, sorpresa, una típica
balada de grupo “power” que pasa absolutamente sin pena ni gloria.

El disco mantiene la calidad y el ritmo porque básicamente es todo bastante
igual. En cuanto a temas a destacar podríamos hablar de “Salvation” que tiene
pasajes interesantes aunque peque de “happy” por momentos. Otro tema curioso
es “The Burning” con un inicio “Children Of Bodom” demasiado obvio pero que
resulta ser uno de los destellos del compacto.

Un disco entretenido pero lejos de suponer algo realmente sorprendente o interesante
salvo para los realmente amantes del género.