Mastodon: The Hunter

Cada día estoy más convencido de que MASTODON utilizan alguna técnica de hipnosis a la hora de hacer sus canciones, especialmente en sus dos últimas obras. Ya me pasó con ‘Crack The Skye’ con sus atmósferas y melodías, y han repetido con ‘The Hunter’. Un grupo en constante evolución que parece haber dejado atrás ese sonido más crudo y primitivo de sus primeros discos, para adentrarse en terrenos más ricos compositivamente hablando. Me río yo de quién reniega de ellos por ese motivo, pero más aún por los que tienen otro motivo, el ser ahora más conocidos, y que suene el nombre del grupo; ellos se lo pierden. Hay grupos que reniegan directamente de sus raíces; otros saben acoplarlas de manera brillante a su evolución para no estancarse.

El cuarteto de Atlanta parece empeñado en seguir haciendo discos donde no sobre nada. Puede que alguna de las piezas cueste que encaje, más en este que su antecesor. ‘Crack The Skye’ (al igual que la mayoría de sus álbums) tenía la la base conceptual de los viajes astrales de fondo junto a otras historias; aquí han optado por dejar de lado un nexo de unión entre las canciones, igual que hicieron en ‘Remission’. Esa puede ser una de las causas de encontrarnos canciones que se muestran tan variadas, y que en algún momento cuesten de encajar y enlazar; pero es esfuerzo requerido es mínimo.

Aquí encontramos un mayor número de cortes, lo que hace que muchas de ellas sean más directas y no tan enrevesadas y progresivas. Así se mostraban tanto ‘Black Tongue’ como la más pesada ‘Curl of the Burl’, los dos primeros adelantos (que distan de ser los mejores); ese hecho se acentuó mucho más en ‘Spectrelight’, que podía recordar al grupo de hace años, más agresivo y acelerado, demostrando haber sabido conjugar sus ideas a la hora de crear un disco más completo. Es asombrosa la facilidad con la que se puede pasar de un tema casi ambiental como ‘The Hunter’ (uno de los mejores puntos del disco), a otros de ritmo veloz (que no vertiginoso) como ‘Dry Bone Valley’ o ‘Blasteroid’, y llegar a una paranoia como ‘Creature Lives’, dejando entre medias algunos que de primeras pueden llamar menos la atención, caso de ‘Octopus Has No Friends’ y ‘Thickening’. Otro par, ‘Bedazzled Fingernails’ y ‘All The Heavy Lifting’ son de las que se confirman como tapadas de primeras y ganan muchísimo con el paso de las escuchas; la segunda mitad de esta última es uno de mis momentos favoritos de este trabajo. En definitiva, aquí hay temas para todos los gustos, y cada uno escogerá uno distinto como favorito. Personalmente, me quedo con los que el protagonista en el aspecto vocal es Brann Dailor.

El final del disco con la instrumental ‘The Sparrow’ (en una onda semejante al tema título) bien merecería un párrafo para ella sola. Una auténtica maravilla, que desde el principio atrapa con su atmósfera, y parece querer teletransportate hacia otro mundo; esa melodía inicial se mezcla más adelante con algunos guitarrazos más crudos pero igualmente elegantes, al igual que su solo principal. Una gozada que por si fuera poco todo lo que tiene delante, te deja en un estado de relajación tal, que incita a ponerte otra vez el disco al completo para llegar otra vez a este momento mágico.

MASTODON siguen dando pasos de gigante en su carrera, y este disco es solo uno más. Les seguirá lastrando ciertas dudas acerca de sus directos en el aspecto vocal, porque en el instrumental van sobrados. No soy de los que piensa que el mundo del rock o del metal necesite unos salvadores, porque esa afirmación me parece una tontería. Pero habiendo grupos de la calidad de este, seguiremos teniendo alegrías unos cuantos años. Para rematar la faena, en su canal de youtube han puesto el disco al completo con un vídeo al estilo la de su anterior DVD (que iba contenida como material adicional), y que se proyectó en el concierto de su propia actuación. Lo dicho al principio, hipnótico.