Anti Flag: The General Strike

Acertadísimo título para los tiempos que corren el de los combativos Anti Flag: “Huelga general”. En poco más de media hora vuelven a demostrar que son una de las bandas de hardcore melódico más inspiradas y atractivas del momento. A pesar de que en un primer momento la cosa suena a más de lo mismo, pero con menos inspiración; tras las sucesivas escuchas una consigue que el disco le atrape y hasta opine que han subido un poco el listón respecto a “The Bright Lights of America” o “The People or the Gun”. Los de Pittsburgh siguen fieles al estilo y maneras con los que les vimos nacer a finales de los 80.

El material es incendiario y abundan los buenos momentos repuntados por una producción perfecta para el producto, resaltando esos coros melódico-combativos. Los singles potenciales son muchos, pero se llevan la palma las pegadizas y aceleradas “This Is the New Sound” y “The Neoliberal Anthem”. Estribillos para botar con el puño arriba, a guitarrazo limpio y con unas guitarras muy cuidadas y trabajadas en los punteos. Otra gran muestra de este estilo es la completísima “The Ranks of the Masses Rising”, que posiblemente va a quedarse en los futuros set lists del combo. Todo el disco destila mala leche a altas revoluciones y esos estribillos cantados por Sane, Chris 2 y Chris Head te tumban.

“Broken Bones” es otra de las clarísimas bombas melódicas del CD. Un estribillo que se instala en tu cerebelo a las primeras de cambio, y el grupo cabalgando a lomos de una base rítmica tan contundente como trabajada. Hay muchos detalles técnicos más que interesantes, algo común en la mayoría de sus composiciones. Los temas cortos de suma agresividad son otro de los puntos fuertes de esta obra. Por un lado “Resist”, que muestra una de las caras más duras ofrecida por esta banda en mucho tiempo, y por otro lado la impactante intro titulada “Controlled Opposition”, capaz de definir el álbum en apenas 22 segundos. Cierran con una aura más felizona y comercial de la mano de “The Ghost of Alexandria”.

Buen disco, muy inspirado en los tiempos que corren, llamando a las cosas por su nombre y reflejando el estado de ánimo de los tiempos en los que nos ha tocado vivir. Mezclan de maravilla la melodía con la contundencia y añaden, esta vez, raciones extra de potencia, decibelios y mala leche. Siguen siendo unos privilegiados dentro de su estilo y posición. Hay muchísimos singles efectivos y pegadizos, pero el material más duro y agresivo quizá sea lo que más sobresale esta vez. Puede que no aporten nada especialmente novedoso a su legado, pero lo que hacen siguen haciéndolo de maravilla. Elevan el listón…