Fairyland: The Fall Of An Empire

Para muchos, el power metal es un asunto manido y olvidado. El momento clave del genero, vivido a principios de éste milenio, parece haber muerto desde hace una temporadita de una manera que ni MAJESTY podría evitar. Pero todavía hay una resistencia, una serie de bandas que no quieren desaparecer y siguen manteniéndose fieles a lo que siempre han hecho. Ese es el caso de los franceses FAIRYLAND. Mientras DRAGONFORCE intentan reinventar el estilo a base de velocidad, los de Niza se dedican a jugar con las bases más ortodoxas del género, dando como resultado discos en los cuales aún se adivina cierta esperanza de supervivencia para el género. 

"The Fall Of An Empire” es el segundo disco de la banda y, todo sea dicho, el primero tras tres años. En aquella primera obra, Elisa C. Martín de DREAMAKER (DARK MOOR por entonces) prestaba su voz con notable éxito a la banda. En ésta ocasión es Max Leclerq, perteneciente a MAGIC KINGDOM, es el vocalista de la banda y cumple con resultados más que considerables. De hecho, en relación a Leclerq, el aspecto principal a comentar es que no abusa. Lo que podría parecer una estupidez es, de hecho, el detalle más amable de este disco: un vocalista que se mantiene en su rango y no intenta subir a cotas estratosféricas para ser más-heavy-que-el-viento. Eso sí, los coros guerreros constantes cansan un poquito!

Editado a través de la discográfica Napalm Records, el disco de FAIRYLAND reúne muchos de los clichés del genero, aunque con moderación. En lugar de convertirse en una broma o en una parodia de sí mismos, la banda emana un metal neoclásico aderezado con fraseos de guitarra bien calculados, baterías de recorridos complicados pero humanamente ejecutables e instrumentaciones adicionales que no caen en el exceso. Los solos de teclado de Philippe Giordana en temas como “The Awakening” son cortos y concisos, sin irse por las ramas y, todo sea dicho, lo mismo sucede con el trabajo de Anthony Parker a la guitarra. Los trazos son reconocibles, mil veces dibujados previamente, pero ahora que la escena no está tan vomitivamente saturada, es hasta posible disfrutar con un disco de power metal sin que salgan pústulas por todo el cuerpo.

Entre el mejor material del disco también encontramos “The Fall Of An Empire”, que resume bastante bien el resto del contenido, “Clanner Of The Light”, algo más marcial pero igualmente apetecible, y la épica “The Story Remains”, que sobrepasa los diez minutos de duración pero que gracias al genial trabajo instrumental de la banda se hace bastante amena. No siempre se va a hablar mal del power metal, pero hay que tener cuenta que muchas bandas son auténticas parodias sin darse cuenta ellas mismas. Si alguien quiere escuchar un disco de power con pies y cabeza, lo más recomendable es lo nuevo de FAIRYLAND.