In This Moment: The Dream

La primera vez que supe de este grupo fue hace poco más de un año, por la notoriedad que se dio a Maria Brink, su vocalista, en un reportaje de una revista musical extranjera de las mujeres en el mundo del metal. Estaba claro, viendo una foto suya, el por qué de ese hecho. Más allá de la apariencia, el grupo debutaba el pasado año con ‘Beautiful Tragedy’, un disco que pasó mas bien desapercibido, a pesar de tener dos singles con gancho, como eran el que lo daba título y ‘Prayers’.

Su estilo quizá era algo muy machacado, pero con el aliciente de Maria en la voz. Música sin complicaciones, algún que otro cambio de ritmo, dualidad agresividad-melodía, y poco más. Al menos, entre unas cosas y otras, se colaron en el escenario secundario del Ozzfest, sabedores de la concordancia de su estilo con la mayoría de bandas allí presentes… pero poco más.

Así que encontrarme con ‘The Dream’ un año después ha sido una sorpresa. Una continuación algo precipitada según mi punto de vista, y con la que supongo que intentan mantener el tirón y la publicidad que se les ha ido dando. A primera vista sorprende que la melodía se ha apoderado por completo del grupo, y sobre todo de su bella cantante. No la escuchamos gritar hasta la parte final de ‘Her Kiss’, y en ‘The Great Divide’, ya cerca del final del álbum, donde el grupo parece despertar del letargo donde se encontraban durante los temas anteriores para sonar más duros, y sobre todo, mucho más rápidos y frenéticos… y aún así, melódicos.

Y es que este es un disco muy tranquilo y calmado con respecto a lo que se podría esperar. Mucho medio tiempo, alguno de calidad como ‘Mechanical Love’ o ‘Lost At The Sea’, y algunos otros sobrantes. También un single, ‘Forever’, que como ocurriera en su anterior obra, intenta crear un gancho con la banda. Pero quizá donde mejor se encuentre la señorita Brink sea en las baladas del álbum, ‘Into The Light’, acompañada de un piano y algún arreglo de cuerda de fondo, y ‘The Dream’, que cierra un disco donde lo mejor, de largo, es la voz; quizá algo menos completa que en ‘Beatiful Tragedy’, pero de mayor calidad. Y lo peor es que, teniendo en cuenta que innovar es muy difícil a día de hoy, si haces algo que suene ya conocido, es mejor hacerlo con la mayor calidad posible, y no de una manera tan lineal, que puede llegar a resultar monótona.