Edenbridge: The Bonding

Siempre he tenido cierta simpatía por Edenbridge pues su ópera prima fue un disco realmente bueno, novedoso y muy prometedor. Cuando irrumpió “Sunrise in Eden” el terreno de las vocalistas femeninas en el metal era casi virgen. Su estilo ampuloso y pausado desgraciadamente no ha evolucionado y han quedado sepultados por el boom de las vocalistas femeninas teñidas de pelirrojo con nombres de banda terminados en “A”. Creí que estarían muy por encima de la mayoría, pero han quedado como banda menor. Tras ocho discos excesivamente recurrentes y lineales firman un “The Bonding” en el que hay un par de novedades: una es la inclusión de alguna voz gutural y la de una orquesta de verdad. Belleza, buenos momentos… pero nada que no hayamos escuchado ya hasta la saciedad.

Y eso que el dueto de Lanvall y Sabine siempre prometió… El caso es que más allá de estas novedades, casi anecdóticas, la cosa no termina de arrancar. El inicio es fuerte con uno de los mejores temas que han grabado en toda su carrera: “Mystic River”. Algo más dura de lo que nos tienen acostumbrados y con una buena combinación de orquesta y guitarras. El single claro es “Alight a New Tomorrow”, siguiendo la onda, con un buen estribillo y una gran Sabine, quizá el gran atractivo del combo austríaco. El sonido es absolutamente exquisito. Quizá la banda nunca había sonado mejor. El fichaje por SPV les ha reportado ese plus de calidad sónica. Pero siempre han tirado mucho de baladas y medios tiempos, y aquí eso continua. Pero hay que resaltar la pieza “Star-Crossed Dreamer”, dedicada al padre de Lanvall, que se suicidó en 2011. Lucimiento absoluto para Sabine y la orquesta, más esa guitarra sutil de su mastermind.

Retoman la dureza con el riff de entrada de “Shadows of My Memory”, gentileza de Lanvall y con las voces guturales antes citadas por parte de su nuevo bajista Simon Holzknecht. “Death Is not the End” es una balada marca de la casa, muy inspirada e intimista. Se lleva la palma la extensa, completa y trabajada “The Bonding”. Casi un cuarto de hora de tour de forcé con una gran línea vocal y muy buenos momentos. Especialmente cuando irrumpe Erik Martensson (W.E.T. y Eclipse). Momentos calmos, intensidad y mucha orquesta. Probablemente sea de lo mejor que hayan grabado nunca. Destacar finalmente “Far Out of Reach”, también de inicio pausado pero en la que la orquesta toma la voz principal en muchos momentos. Un corte algo más oscuro de lo que acostumbra a firmar la banda.

Puede que con este fichaje por SPV mejore la suerte de Edenbridge, pero son una banda difícil de ver en festivales patrios y que rara vez comparten cartel en giras. Creo que sólo les vi una vez, tiempo ha. En definitiva, Edenbridge siguen apostando por su estilo épico sinfónico, sólo que esta vez lo han elevado hacia un sonido muy cinematográfico, con ese plus de la orquesta, pero siempre encasillados en una misma sonoridad. El disco suena como uno se espera si ya les conoce, novedades pocas, pero sí que eleva un poco el nivel que llevaban hasta la fecha.