Nashville Pussy: Ten Years of Pussy

Buena muestra de estos diez últimos años con una buena colección de temas sudorosos, desenfadados y potentes. Nunca han ocultado a lo que juegan y cómo juegan, así que es un inmejorable producto para introducirse en su sonido y en su propuesta. Son pura fiesta, llevan muchos años y hay mucho más en lo musical de lo que parecía al principio.

Divertidos, macarras, sexys y rockeros. Cuando irrumpieron con su “Let Them Eat Pussy” en 1998 fueron toda una revelación. Era sólo rock and roll, pero nos encantaba. Se han ido manteniendo a base de buenos directos y han ido sacando material interesante a la vez que iban cambiando a su bajista de turno. Siempre explosiva, sexy y salvaje. Juegan con la paridad de género, y a los felizmente casados Blaine y Ruyter, se les une siempre un baterista masculino y una bajista. Está claro que no van a cambiar nada ni pasarán a la historia, pero con ellos hemos vivido grandes momentos, cantado, bebido, brindado y sobretodo: nos hemos divertido mucho. Tocaba mirar por el retrovisor y subrayar lo mejor de estos últimos 10 años, que por cierto, no están nada mal.

Dos discos, uno recopilatorio y un EP con seis temas en directo que reflejan muy bien lo que es el grupo sobre las tablas. No se ha prodigado mucho el grupo en estudio y ha tirado de directos y recopilatorios, pero es innegable que hay singles enormes y que el invento funciona. Imposible quedarte quieto cuando suena “Why Why Why” o “Come On Come On”. Fogonazos directos, sin artificios y a los que terminas enganchado a las primeras de cambio. Quizá no estén al nivel compositivo de un Danko Jones, pero estos visualmente son tremendos. Blaine y la siempre escotada Ruyter son un ciclón en directo. No hay más que ver su DVD “Live in Hollywood” para salir de dudas. Caen bien en la escena, son respetados y hay grandes nombres que han colaborado con ellos; caso de este disco con Lemmy en “Lazy Jesus”, Ron Heathman (de los Supersuckers) en “Nutbush City Limits” –en directo esta vez- y Danko Jones en “I’m so High”.

Blaine por momentos tiene tonos similares a Alice Cooper. Hay varios temas de su anterior y más que interesante “Up the Dosage” como “Rub It to Death”, con aires muy Motörhead, o la propia “Up the Dosage”. Grandes momentos como la machacona “Going Down Swinging” o “Stone Cold Down”. La bandera sureña ondea al compás de la preciosa “Before the Drugs Wear Off”, totalmente a lo Bob Wayne con el piano a lo Quireboys. Otro de los grandes momentos de su último disco llega con “Til the Meat Falls Of the Bone”, vacilona y algo alejada de lo que suelen ofrecernos. Los seis temas en directo son la excusa perfecta para meter sus clásicos anteriores a los diez años celebrados. Tienen toda la intensidad y demuestran la mar de bien como el grupo las gasta en directo, pero insisto… mejor un DVD o verles sobre un escenario para llegar a poder paladear trallazos como “Go Motherfucker Go”, “Late Great USA” o “You Are Going Down”.

Buena muestra de estos diez últimos años con una buena colección de temas sudorosos, desenfadados y potentes. Nunca han ocultado a lo que juegan y cómo juegan, así que es un inmejorable producto para introducirse en su sonido y en su propuesta. Son pura fiesta, llevan muchos años y hay mucho más en lo musical de lo que parecía al principio. Su primer disco parecía una gamberrada provocadora, pero estábamos ante un combo que en su Atlanta natal se dejaba la piel concierto tras concierto. Siguen haciéndolo y encarnan perfectamente el espíritu del rock and roll. Sureños, sucios pero también sexys y capaces de inocularte su dulce veneno.