Taken: Taken

Como antiguo fan del power metal ardo en deseos ya de ver cómo las gastan en directo. Un debut exquisito de nivel internacional con unos músicos excelentes. El disco engancha y va un poco de más a menos pero es una inmejorable carta de presentación con la que ir a por todas y golpear puertas de discográficas europeas.

En los 90 en España se buscó infructuosamente una banda de power metal a la altura de las grandes. Hubo grandes aproximaciones como las de Dark Moor (que lo consiguieron), Mägo jugó con el estilo con su tema “Santo Grial” y luego hay varias bandas perdidas en el tiempo como Twilight, Knell Odyssey o Sorcery que se quedaron en poco. Un disco como el de Taken en 1999 lo hubiese reventado todo, pero puede que en 2016 pase desapercibido, lo cual sería una lástima. Si de verdad eres de aquellos que siguen buscando a bandas power metaleras que se aproximen a Helloween, Gamma Ray o a Stratovarius de la era dorada va a ser obligado para ti hacerte con este disco de Taken. Estos navarros realmente lo bordan. Si realmente esta gente mantiene este nivel en directo, ahora que hay un cierto resurgir del estilo, tienen todos los números de traspasar los Pirineos.

Impresionante disco debut empezando por ese trallazo llamado “Tales of Glory”. Dejan patente en títulos y letras que no buscan la originalidad precisamente, pero que apuntan bien alto. Bajo agudo, batería a doble bombo y teclados juguetones. Todo ello con el colofón que es David Arredondo, o el Kotipelto navarro. Precioso himno power con todos los ingredientes que hicieron grande al género. Stratovarius es quizá el grupo del que más beben pero en “Modern Messiah” hay ciertos ingredientes propios a pesar de que el molde está claro. Los teclados de Diego Trueba y David KBD son puramente italianos, heredero de esas bandas de power de la época tipo Shadows of Steel, Vision Divine o Skylark. Producción rotunda pues el disco atruena y excelente gestión de las melodías. En “Wormy Brains” hay otra gran demostración de que puedes sonar clásico y a la vez fresco en el estilo. Guitarras dobladas y estribillo pegadizo a rito de caballo galopando. En “On the Road Again” me recuerdan especialmente a Dark Moor, melodía algo típica y sobredosis de teclado para un medio tiempo melódico y accesible.

Algo que realmente me ha impresionado es que en su ópera prima se atrevan con temas largos y complejos de nueve y 12 minutos. Y la verdad es que salen airosos tanto en “Afterlife” como en “The Slaughter of the Last Cursed”. Gran trabajo instrumental y buenas ideas compositivas. El sr. Arredondo es una bestia vocal y en “Forgotten Realms” tiran de teclados muy protagonistas. En “Under the Skies of Asia” hay cierto toqie arabesco de inicio, especialmente en los teclados pero es otro pepinazo power con todas las de la ley. Hay que subrayar también el gran papel de los guitarras Iosu Núñez y Gauss, imaginativos y de la escuela Helloween. Atención a los coros happy del tema. Mucho colorido y buen rollo. La balada la pone “The Last Deadly Deeds”, manteniendo el tipo aunque, de momento, se les da mejor la velocidad… Adolecen al final de un poco reiteración de esquemas en “Distant Shores”, quizá la menos inspirada, muy épica, con dejes Rhapsody y a medio tiempo.

Como antiguo fan del power metal ardo en deseos ya de ver cómo las gastan en directo. Un debut exquisito de nivel internacional con unos músicos excelentes. El disco engancha y va un poco de más a menos pero es una inmejorable carta de presentación con la que ir a por todas y golpear puertas de discográficas europeas. Todos los clichés del género están aquí incluyendo una preciosa portada azul hielo con un barco entre la tormenta, a lo “Wake of Magellan” de Savatage. Puede que necesiten añadirle un poco de cosecha propia y encontrar su estilo propio, pero a nivel técnico, compositivo y musical el resultado es soberbio. ¡Me han entrado ganas de escuchar de nuevo a Zonata, Pandemonium y demás!