The Poodles: Sweet Trade

La historia de THE POODLES es por todos conocida a estas alturas. Unos cuantos musicos reputados de la escena sueca se unen para dar forma a una nueva banda que edita un primer disco, titulado “Metal Will Stand Tall”. Con la excusa de representar a Suecia en el concurso de Eurovisión 2006, donde ganaron los fineses LORDI, la banda entra en el circuito de concursos televisivos con su tema “Night Of Passion”, el cual hace que miles de fans de toda Europa terminen conociendo a una banda que apenas goza de un disco en el mercado y cierta notoriedad en su país de procedencia. La calidad de la banda hace que “Metal Will Stand Tall” suba como la espuma y cada single consigue el status de “single de oro” en su tierra natal, algo que la discográfica alemana AFM no tarda en olfatear y un contrato es ofrecido a los suecos.

Ahora ya sabemos que la banda no llegó a Eurovisión y que seguirán siendo “una banda más” de la escena europea, pero la aparición en el concurso les ha abierto las puertas para que mucha gente les preste atención, especialmente dado el valor seguro que supone el vocalista Jakob Samuel, un tipo de timbre peculiar pero adictivo, en la onda de las mejores estrellas vocales del rock de los años 80. No obstante, tras haber girado con HAMMERFALL y KROKUS en invierno de 2007 y haber conquistado las mentes de muchos con su hard rock sin compromiso, el nuevo disco de THE POODLES, “Sweet Trade”, es una ligera decepción. El sonido de la banda se ha metalizado y sinfonizado en una proporción demasiado exagerada para lo que se esperaba de ellos. Y eso los hace, aún más, “una banda más” de la escena europea.

“Sweet Trade” podría haber sido uno de los discos del año si THE POODLES hubieran sabido jugar mejor sus cartas, pero lo único que han conseguido es generar un disco de metal genérico y que habita en medio de ninguna parte. Canciones como “Walk The Line” o “Streets Of Fire” no convencen, y mucho menos la que abre el disco “Flesh And Blood”, cuyo punteo de guitarras recuerda por momentos al “Beautiful People” de MARILYN MANSON. No se asusten ustedes por eso, la banda es más purista que todo eso y simplemente es un deje ocasional del guitarra Pontus Norgren.

No obstante, hay buenos riffs y melodías en el disco, especialmente en canciones como “Thunderball”, “Reach The Sky”, la balada “We Are One” o “Heaven’s Closing In”, cuatro buenos temas que justifican la compra del CD. Lo que no es demasiado inteligente es situar estos temas de la mitad en adelante del disco, porque los primeros momentos del disco son bastante alejados de lo que la banda proclamaba en su primera entrega. Pero con un poco de paciencia – como con todos los discos hoy en dia- se van descubriendo las grandes canciones de “Sweet Trade”. El único problema es que, para haber escrito 35 canciones como ellos mismos dicen, no parecen haber hecho la mejor selección. Es un disco algo cojo, irregular si se me permite. Pero a buen seguro que el tercero será mejor. Dudo que semejante colección de músicos no se empleen a fondo en mejorar los resultados de cara al próximo trabajo.