Solstafir: Svartir Sandar

Cuarto disco de la banda islandesa Solstafir, de personalísimo sonido e influencias tan dispares como el viking metal, el shoegaze, el post rock o incluso las sonoridades de Sigur Ros. Se dieron a conocer mediante internet, pero su trayectoria y su originalidad les llevó a tocar en el mismísimo Wacken alemán. No son una banda fácil, pero entrar en su mundo implica meterse en unas atmósferas opresivas de extraña belleza. Este cuarteto nórdico da un golpe de efecto esta vez publicando un disco doble que, sorprendentemente, no se hace en ningún momento aburrido ni monótono a pesar de la marcada línea interpretativa por la que apuestan.   Hay momentos absolutamente espectaculares y emocionantes. Resaltan la belleza de la tragedia y cortes como la colosal e inicial “Ljós í Stormi” o la final “Djánkninn” demuestran que nos encontramos con una banda muy especial en el cénit de su creación. Acordes menores, acústicas, voces agónicas… todo tamizado en una aura deprimente y oscura. No escatiman en minutos y ambos cortes van más allá de los 10 minutos, y la segunda es el tema más potente del doble disco. En algún momento podemos compararlos con los últimos discos de Neige al frente de Alcest, pero definitivamente esta gente posee una personalidad propia. Por lo general el grupo juega con temas largos, más allá de los cinco minutos, desarrollando de forma orgánica sus composiciones complejas.   De la belleza oscura de “” pasan a la rabia contenida de “Sjúki Skugginn”, con bonitos juegos instrumentales y la voz agónica de Aðalbjörn Tryggvason. “Æra” posee mucha más electricidad y está dotada de un riff a lo Muse y de una preciosa melodía de teclado que embellece la composición. “Melrakkablús” es una suave composición con un bonito patrón de batería y una preciosa línea vocal. La emotiva “Svartir Sandar” fluye eléctrica y consigue puntos realmente agresivos. Transita entre valles y picos de intensidad. La banda en eso se desenvuelve de maravilla. Los temas enlace “Draumfari” y
”Stinningskaldi” dan cohesión al disco y hasta cuentan con una narradora. Hay un momento algo cibernético incluso.   Precioso disco doble. Solstafir suben varios peldaños más de golpe. Poseen un sonido muy diferente y personal. Esa mezcla de oscuridad, tristeza y llanto agónico está presente en todo el disco, pero el grupo sabe desenvolverse y darle a cada corte elementos diferentes para que no se caiga en la repetición de esquemas. Algo realmente difícil. Posiblemente su mejor disco a pesar de que serán muchos los que opinarán que de metal y de viking poco hay. La verdad es que cuando la música es buena y está bien hecha, sobran las etiquetas. Solstafir logra emocionar con su música, y eso es algo que a día de hoy consiguen muy pocos.