Anvil: Strenght of Steel (Reedición)

El revival Anvil sigue vivo más allá de su estelar aparición en el gran film-documental de Sacha Gervasi. La banda ha realizado giras concierto con pases del documental, ha estado en los principales festivales europeos tocando en horarios privilegiados y ha habido una vorágine de éxito digna de estudio. Finalmente la escena ha rendido homenaje a estos canadienses amantes del metal más puro. Incluso diferentes personalidades del mundo del espectáculo han asegurado que en su día fueron auténticos fans de Lips y Reiner. Había que aprovechar tamaña situación y reeditar pues parte de su catálogo. En eso de aprovechar el momento las discográficas no dudan ni un segundo. La reedición de “Strenght of Steel” es una gozada y SPV lanza el que en su día, 1987, era el primer disco que grababa el combo para Metal Blade.

Para muchos este disco es uno de los mejores que han grabado Anvil en toda su historia, pero también uno de los más olvidados e incomprendidos. Aprovechando el momento de “fama relativa”, colaron en su día dos temas en la banda sonora de “Sleepway Camp II”. A pesar de que la mayoría de estos temas no suelen aparecer en sus set lists actuales cualquiera podrá ver y escuchar que en esos momentos la banda estaba en estado de gracia. Es imposible no rendirse ante la cadencia (muy a lo “Metal on Metal”) de  “9-2-5” o en la melódica y adictiva “Straight Between the Eyes”, cantada a medias por Lips y por Dave Allison. Su speed machacón y tan personal brilla también en la inicial “Concrete Jungle”, realmente lograda con esos tambores que abren de Reiner, acompañados por los pesados riffs. Todos los temas suenan puramente a Anvil.

“Wild Eyes” es la versión que hicieron en su día de los Stampedors, con ese cambio de ritmo y ese solazo de Lips. Brilla sobretodo el tema que da nombre al disco, con ese medio tiempo pesado y marcado. Esa cadencia made in Anvil. La curiosidad del disco la pone el “Flight of the Bumble Beast”, el mítico vuelo del moscardón en versión anvilera. “Cut Loose” se aleja bastante de la onda Anvil de sus dos primeros discos (como mucho del material que aquí encontramos), pero les acerca en sobremanera al sonido NWOBHM. De hecho lo que perseguía este disco era entrar en charts y hacer que la banda fuera algo más accesible para todo tipos de públicos. Esto es todavía mucho más remarcable y notorio en “Mad Dog”. Un heavy metal festivo cercano a Twisted Sister. Todos estos cambios conllevaron ciertas disputas internas en el seno del grupo.

Nunca fueron los más buenos, los más técnicos, no llegaron tampoco a ser rutilantes estrellas ni tampoco vendieron excesivas camisetas. Sus discos de los 90 para arriba cayeron a veces en la autoparodia, pero lo que es innegable es que este grupo ha llegado finalmente a dónde tenía que llegar: a ser reconocidos, pero sobretodo por su autenticidad. También han sido infinidad de grupos los que les mencionan como influencia evidente. Al yunque canadiense le toca ahora disfrutar de todo lo sembrado durante estos años; muchos de ellos oscuros. Quizá SPV podría haber hecho un libreto más completo o incluso meter alguna rareza o versión demo de algún tema. Pero nada, austeridad. Unas líneas de Lips y otras de Reiner acompañadas de un bonito digipack.