Hanoi Rocks: Street Poetry

Tras la reciente edición del single “Fashion”, en ésta ocasión tenemos entre manos el nuevo trabajo de HANOI ROCKS, el tercero desde que la banda decidió volver formalmente a la actividad con el sacrosanto nombre y con el duo impredecible que forman Michael Monroe y Andy McCoy. Si bien “Another Hostile Takeover” pasó un poco desapercibido debido al relativo caos que rodeó su edición en algunos territorios europeos, ahora con “Street Poetry” los fineses parecen querer gritar más alto que nunca que estan ahí, que no se han muerto y que siguen siendo capaces de hacer rock con todas las de la ley.

“Street Poetry” es un disco comercial, en el sentido más puro de la palabra. No tiene tanto de punk-rock-con-purpurina como de hard rock flashy con guitarras cabreadas. Incluso, sin que suene demasiado ofensivo, se podría comparar con el mítico “Two Steps From The Move”. Lástima que ya no estemos en 1984 y que las circunstancias sean muy distintas. Sin embargo, la claridad, facilidad y fluidez con la que progresan las canciones hacen de “Street Poetry” un disco capaz de compararse con las obras ochenteras de la banda.

El disco arranca con un rockero “Hypermobile” y casi sin descanso le sigue el tema que da título al disco. Poco después, llega el primer single, el poppy “Fashion”. Con semejante trio para arrancar el disco, cabe decir que el disco de HANOI ROCKS es cuanto menos excitante como hacía mucho tiempo que una banda no lo era.

Pasado el shock inicial, la banda ataca entonces con “Highwired”, otro de esos temas en los que Michael Monroe explora el lado más dramático de su voz cazallosa, dotando al tema de un tono cercano a clásicos como “Tragedy” y similares. “Power Of Persuasion” es, en contraposición, un tema juerguista, sencillo y sinuoso como una carretera comarcal en un pueblo costero. El tema que sigue, “Teenage Revolution”, no es para nada un “High School” actualizado, aunque uno tenía ciertas esperanzas. Es un tema que avanza con paso firme pero sin hacer demasiado ruido, hasta que uno llega al estribillo y descubre su verdadera belleza.

La segunda mitad del disco se inicia a golpe de saxo en “Worth Your Weight In Gold”, seguido de la decadente “Trascendental Groove”, donde el bajo de AC Christell es uno de los principales protagonistas del sonido. Recuperando el lado más rockero y desenfadado de la banda, HANOI ROCKS se decantan por “This One’s For Rock And Roll” –otro de esos temas con madera de himno-  y después “Powertrip”, un duo que a buen seguro deberá sonar en la próxima gira, demostrando que Andy McCoy aun tiene energía y que no es tan cadaver como suele parecer.O si…pero tiene alguna clase de fórmula mágica que le permite seguir en pie…

El disco finaliza con el trio que forman “Walkin’ Away”, “Tootin’ Star” y “Fumblefoot and Easy Bee”. El primero es cercano al material que Michael Monroe compuso para sus discos de finales de los ochenta, los ya lejanos “Nights Are So Long” y “Rock Like Fuck”. El segundo es uno de esos clásicos temas rockanrolleros con gran presencia de la harmónica de Monroe y una buena ración de guitarra slide por parte de Conny Bloom . Finalmente, “Fumblefoot And Easy Bee” es un tema de apenas dos minutos que recuerda al viejo material de la banda, especialmente a aquellos temas tan exóticos como “Oriental Beat” y similares. Guitarras descarnadas y ausencia total y absoluta de Michael Monroe, quien ya debía estar en el camerino cambiandose de ropa y repasándose el maquillaje cuando la banda grabó éste tema.

A todo esto, lo más alucinante de todo es que las dos fuerzas creativas de HANOI ROCKS sean dos tipos por los que no daría ni cinco duros al verles cualquier dia del año fuera del escenario. Pero por algún extraño motivo, cuando ambos se unen sobre un escenario la química funciona (la química que debe existir en sus cerebros a estas alturas del juego) y todo está en su sitio una vez más. ¿Cuánto durarán? Nadie lo sabe, así que disfrutemos mientras podamos.