Fejd: Storm

Mayúscula sorpresa la que un servidor se ha llevado con Fejd, banda de folk medieval oriunda de Suecia, con unas ideas compositivas y un trabajo de estudio digno de elogio. Los doce temas son absolutamente acústicos y con una base de guitarra, bajo y batería a la que le suman instrumentos tradicionales del folklore nórdico. Las letras están íntegramente en sueco pero no os preocupéis, su hechizo musical queda muy por encima de barreras idiomáticas.

Cada corte merece una breve mención pues a pesar de lo trillado y desgastado que está el panorama con múltiples bandas practicando lo mismo, ellos destacan muy por encima de la mayoría. Podemos conectarlos fácilmente con los primeros Falconer, o con esas maravillas de Eluveitie, eso sí, sin la pomposidad y grandilocuencia de éstos. Las composiciones son sencillas, muy desnudas pero directas y con estribillos excepcionales fácilmente emparentables con lo que están haciendo a día de hoy Tyr.

“Offerok” y “Svanesang” son ya auténticas piezas preciosistas y en “Alvorna Dansar” se atreven con una vocalista femenina poniendo el contrapunto al gran Patrik Rimmerfors. Su voz es cálida y llana, nada de agudos ni guturalidades, y es que el no intentar llegar a cotas imposibles o perderse en orquestaciones o pasajes instrumentales complejos les hace muy grandes. Saben lo que hacen bien, lo que quieren y lo ejecutan a la perfección.

Destacan especialmente por la composición, todos los cortes tienen esos estribillos épicos y quedan adornados por la riqueza de los instrumentos étnicos entre los que destacamos arpas, gaitas suecas o esos tubos similares a los de los aborígenes australianos. Sinceramente, nunca los había oído en una banda de este estilo. Tienen también algunos temas enlace pero son definitivamente las canciones largas y elaboradas lo que más brilla.

La producción es inmensa y todos los instrumentos se aprecian a la perfección. “Storm” es otra joya, inicio a capella, teclado de apoyo y una vena celta exquisita. “Äril” es un canto étnico con mucho de tabernario aunque manteniendo las cohordenadas oscuras y tistes. En manos de Korpiklaani sería otra de sus odas tabernarias bailables. “Bergakungen” tiene un inici muy a lo Subway to Sally, con violín incluído.

Dudo que podamos llegar a afirmar que estemos delante de un disco de heavy metal, pero tanto da, cuanto la música es buena ya puede ser del estilo que sea. Ya en la primera escucha uno queda sumergido dentro de este mundo medieval, de aura evocadora y triste.

Es su primera obra, posiblemente el mejor debut del año y a la vez uno de los discos del 2009. Está incluso a la altura del último de Eluveitie, y eso amigos ya es mucho. De hecho, si tuviera que elegir entre los dos puede que me quede con este. Lo dicho, atención a los hermanos Rimmerfors que van a dar que hablar mucho en los próximos años.