Tad Morose: St. Demonius

La verdad es que se echan algo de menos esta clase de discos y de sonido y el que haya bandas a lo francotirador, haciendo la guerra por su cuenta, completamente ajenos a todas las modas actuales. Power metal de principios de los 90, de raíces americanas y con el inconfundible sello de Tad Morose.

Siempre tendré un gran respeto por esa escena metálica sueca underground auténtica que lleva años peleando y que, a pesar de tener discazos en su haber, parece que el mundo metálico les ha relegado a pequeños festivales europeos de bandas “kvlt”… para los más auténticos. Lefay me tienen el corazón robado desde siempre, pero Tad Morose son otros que cada vez que editan un disco demuestran que siguen en una gran forma. “Modus Vivendi” y “Revenant” fueron grandes trabajos y “St Demonius” continua la estela. Su estilo sigue fijado en el tiempo y no van a cambiar ni un ápice. Heavy metal auténtico con retazos de lo que a principios de los 90 llamábamos power metal y que poco tenía que ver con Helloween y Gamma Ray. Cage, Morgana Lefay, Vicious Rumors, los primeros Savatage o Jag Panzer son las bandas que más se asemejan a su propuesta.

El disco es duro, compacto, goza de un perfecto sonido, muy buenos detalles instrumentales y barnizado en oscuridad. Es tan oscuro como su portada… Riffs definidos y conseguidos como los de “Remain” demuestran que les encanta moverse en medios tiempos algo atmosféricos pero sin perder la pegada ni la agresividad. “Where Ignorance Reigns” es un perfecto ejemplo de tema redondo y del estilo que practican. El interludio lento es totalmente Savatage (de los principios), banda de la que sacan mucho e inspiran algunos de sus riffs. La voz de Ronny Hemlin (Steel Attack)resulta ideal para el estilo si bien han tenido en sus filas a gente de la talla de Joe Comeau (Overkill y Annihilator) o Urban Breed (Serious Black). “Bow to the Reaper’s Blade” abre fuego, y aunque parezca raro, suena de inicio como si Nightwish se olvidaran de los teclados protagonistas. También hay un riffeo deudor de Iced Earth. Impresionante demostración a la batería por parte de Peter Morén, alma del grupo junto al sempieterno guitarrista “Krunt” Andersson.

El estilo se mantiene fiel hasta la final “Your Own Demise”, otro perfecto ejemplo del estilo, de cómo las gastan y de que no van a cambiar su estilo de toda la vida. Los teclados asoman en “Forlorn”. El disco es homogéneo a más no poder y repiten las estructuras en “Black Fire”, bien apoyados por el excelente sonido. Esta vez hay una sorprendente influencia de los progresivos noruegos Conception en las guitarras. Completando la endogamia metalero-sueca nos encontramos a un ex Morgana Lefay, Tommy Karpannen al bajo, si bien en su banda de toda la vida solía tocar la guitarra. Momentos más hímnicos y coros en “Day of Reckoning” para luego acelerar un poco en “The Shadows Play”, con una línea vocal que rompe un poco el guión esperado y con excelentes detalles de guitarras y base rítmica. De lo mejor del disco. Mantienen el tipo con “Fear Suicide” y la más hímnica con escalas árabes “Dream of Memories”, sin alterar lo exhibido hasta el momento.

Tras el parón de dos lustros largos sin que el grupo diera señales de vida volvieron con “Revenant” y confirman el buen momento con “St Demonius”. No han cambiado ni un ápice, ni hace falta que lo hagan. Un disco que encantará a sus fans y que será visto como algo poco original y ya muy escuchado para todo aquél que le descubra ahora. La verdad es que se echan algo de menos esta clase de discos y de sonido y el que haya bandas a lo francotirador, haciendo la guerra por su cuenta, completamente ajenos a todas las modas actuales. Power metal de principios de los 90, de raíces americanas y con el inconfundible sello de Tad Morose. ¿Algún día podremos verles en directo? Tocará ir al Norte, eso está claro.