Aunque su calidad siempre ha sido reconocida, el debut de Joey Belladona ha estado ensombrecido por el unánime reconocimiento de su sucesor, Among The Living, considerado por muchos como una de las cumbres del thrash metal clásico. Sin embargo, seria injusto para la historia del género desmerecer los méritos de un disco que sentó sus cimientos durante la década de los 80 y que fue el trampolín hacia el éxito de una banda caracterizada por salirse de los cánones habituales.

Pocas veces se han visto debuts tan fulgurantes como el del vocalista ítaloamericano, que puso los medios y el talento necesarios para demostrar que en el thrash metal tenían cabida cantantes de corte clásico, capaces de imprimirle melodía a las composiciones, en detrimento de las voces duras, rasgadas, que por entonces predominaban en la escena. Característica que encajaba a la perfección con el disco, pues de toda la trayectoria de la banda probablemente sea aquel que mejor encaja con los patrones más clásicos tanto del heavy metal tradicional como del speed y thrash metal, tan en boga durante aquellos años. Curiosamente, a pesar de apostar por esta vena tradicionalista, resulta un disco un disco mucho más heterodoxo que Among The Living. Si bien es imposible negar los méritos del la obra insigne del grupo, al asimilar toda clase de influencias musicales externas al heavy metal, especialmente del punk, es un disco muy homogéneo y aunque todas sus composiciones sean de gran calidad también son muy similares entre si. Por el contrario, en su predecesor se aprecian influencias más conservadoras, provenientes de la NWOBHM, el speed metal y el thrash metal más ortodoxo, pero sus temas son más variados y se supo compaginar baladas con medios tiempos o composiciones a gran velocidad.

Spreading The disease supone, además, el encuentro de la formación que consolidaría a ANTHRAX como una de banda de renombre internacional, gracias a la comunión de los particulares talentos de cada uno de los integrantes. La entrada de Belladona y Bello en sustitución de Turbin y Lilker logró aportar a la banda unas cualidades técnicas muy superiores, logrando temas más elaborados, superando la tónica underground que dominaba en el debut de la banda. Belladona supera con mucho a la voz rasgada de Turbin, gracias tanto a sus registros como a su capacidad de imprimirle melodía incluso a los temas más agresivos. La dupla formada por Dan Spitz y Scott Ian se consolidó como una de las mejores del thrash metal, tanto por el la excelente labor rítmica de Ian (sin olvidar sus coros deudores del punk) como por el talento de Spitz a la hora de ejecutar solos rápidos y fugaces pero no por ello exentos de virtuosismo. A Ian todavía le faltaba el punto afilado del que haría gala en posteriores producciones, pero logra que su estilo sin depurar encaje a la perfección con el trazo más clásico del disco. Por último, poco puede decirse de la maravillosa labor de Benante a las baquetas, tanto a la hora de llevar el ritmo de la canción como a la de imprimirle una velocidad endemoniada, y de Frankie Bello al bajo, gracias a una presencia mayor de lo que suele ser habitual en el género..

El disco se abre con “A.I.R”. (que inaugura la tradición de la banda de emplear acrónimos para sus canciones), un tema deliberadamente escogido para dar el pistoletazo de salida gracias a su frenético ritmo, con la obvia intención de epatar al oyente. Le continua “Lone Justice”, tema de Thrash pero aun influenciado por el heavy metal ortodoxo que se abre con unos pegadizos acordes de bajo y en el que Belladona comienza a dar rienda suelta a sus capacidades vocales. Le sigue el que probablemente sea el tema más popular del disco y uno de los más conocidos de la banda, gracias tanto a su hilarante videoclip como por su presencia en radios e incluso en varios videojuegos : “Madhouse”. Tema de clara vocación comercial, comienza con una de las intros más extravagantes que pueden esperarse en un disco de estas características, para concatenarla con un pegadizo riff que conduce un tema en el que predominan influencias de la NWOBHM aunque con mayor velocidad y en el hay sitio para coros que evocan el punk más tradicional.

“S.S.C. / Stand or Fall” se adentra en la senda del speed / power metal de la época, siendo uno de los momentos en los que Belladona logra dar lo mejor de si, gracias a que mantiene su registro melódico en un tema de una velocidad inaudita incluso para lo que caracterizaba a la banda y en el que destaca un pegadizo estribillo. La calidad del conjunto experimenta un ligero bajón en “The Enemy”, un tema correcto, con algunos momentos incluso brillante, que rompe los esquemas del oyente al optar por un medio tiempo de corte muy clásico en el que hay cabida para la épica, destacando la presencia del bajo de Bello. “Aftershock” mantiene este perfil bajo, pudiendo entrar entre lo que se considera como material de relleno, aunque goce de una calidad muy superior a lo que suele ser habitual en este tipo de canciones. Por fortuna, la banda logra redimirse con uno de lo momentos más brillantes de su prolífica trayectoria. “Armed and Dangeorus” es un tema épico, emotivo, técnico, variado, en el que se ha depositado la inspiración generada por el talento de una banda única. No deja de llamar la atención que uno de los mejores momentos de una banda tan heterodoxa como Ántrax sea uno de los más conservadores, pero de esta forma se demuestra que cuando se tiene talento este logra fluir a través de cualquier curso. Una intro acústica comienza a dar forma a esta joya para continuarla con un riff afilado y acelerado que no desentonaría en cuna composición de Accept, pero sin que repercuta en la emotividad que impregna la canción. La calidad no desfallece con “Medusa”, probablemente el tema más inspirado por la NWOBHM, tanto desde el punto de vista técnico como por su temática fantástica. Un medio tiempo en el que hay cabida incluso para cierto exhibicionismo vocal por parte de Belladona. Un tema muy clásico que ha ganado con los años, suponiendo toda una sorpresa su recuperación durante la pasada gira de reunión. El digno cierre del disco es Gung Ho, probablemente el tema más thrash del disco y todo un derroche de ferocidad que lo ha convertido en un clásico indiscutible de la banda.

Si algo puede reprochársele al dsco es que quizás su producción no es todo lo limpia que debiera. Mejora mucho el mdiocre trabajo del debut de la banda, pero dista mucho del sonido limpio que lograrían a posteriori. Por fortuna, si se logró mejorar una de las grandes lacras de Fistful of metal: el desequilibrio d elos instrumentos. En este caso cada pista de sonido logra sonar en el momento y volumen adecuado, haciendo aun más placentera la escuha de un disco que debería ser materia obligatoria para atodos aquellos que siguen asociando Thrash con un sonido machacón y homogéneo.

José Antonio Martín Pablos

Grupo:Anthrax

Discográfica:Island Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. A.I.R.
  2. Lone Justice
  3. Madhouse
  4. S.S.C. / Stand or Fall
  5. The Enemy
  6. Aftershock
  7. Armed and Dangerous
  8. Medusa
  9. Gung-Ho

Año:1985