Paul Gilbert: Space Ship One

Antes solía sorprenderme de la facilidad con la que Paul Gilbert se sacaba
discos de debajo del brazo. Hoy en dia ya doy por caso perdido que este hombre
se dedique a imitar a sus congéneres y a editar un disco cada tres años. Gilbert
sigue con su mania de editar casi dos discos cada año, un ritmo que puede
aguantar facilmente debido a su escasez de giras interminables y a una dedicación
plena a la composición de nuevas canciones. Además, los cambios dentro del
line-up de su banda son escasos, puesto que sigue adelante con Linus Of Hollywood
como bajista permanente, aunque Scott Coogan ha sido sustituido por Marco
Minnemann como batería.

Tras la edición de “Paul The Young Dude” el pasado año, Gilbert vuelve ahora
a la palestra con un disco que será capaz de satisfacer a sus fans más antiguos.
Los fraseos imposibles de guitarra, el olor a pop de las canciones y su combinación
con momentos rockeros absolutamente descarados dan como resultado otro disco
que da gusto oír. Dejando a un lado la curiosa temática de las letras –en
ésta ocasión incluso canta el tema “Boku No Atama” en japonés-, el disco está
a la altura de pasadas obras como el “Flyin’ Dog”, “Burning Organ” o “Alligator
Farm”. Es curioso que Gilbert, al ritmo de discos que va anualmente, no suela
decepcionar. Cierto, hay material de relleno aquí y allá –sería un milagro
hacer tantos discos y que no lo hubiera- pero esos temas se pueden contar
con los dedos de la mano (el repetitivo “Interaction” o el acústico “G9”).

“Space Ship One” tiene ese componente típicamente BEATLES en algunas melodías
vocales de Gilbert, dejando claro que pese a que se dedique a tocar mil notas
por minuto, los clásicos siguen pesando lo suyo. Sin embargo, la experimentalidad
tan clásica de sus trabajos en solitario, se impone. Con fragmentos progresivos,
estructuras complicadas y riffs enrevesados, Gilbert nos recuerda su habilidad
para que lo díficil parezca más simple que el mecanismo de un chupete.

Entre los temas más recomendables encontramos el tierno “Mr. Spock”, con
sabor a sirope extra-dulce, y “Space Ship One”, con sabor plenamente hard-rockero
y una musicalidad más que notable. Si es que…cuando fue la última vez que
Gilbert hizo un disco mediocre e insulso?