Draconian: Sovran

Combinando a la perfección una atmósfera tétrica a la par que atrayente, la delicadeza arrebatadora de su vocalista femenina, y la potencia técnica del growl de Jacobsson, “Sovran” se descubre como el álbum ideal para disfrutar durante estos meses camino al frío invierno donde las horas de luz disminuyen con los días.

Los suecos Draconian nos presentan este otoño su quinto álbum en dos décadas de trabajo. Se llama «Sovran», y es otro largo en el estilo característico de uno de los grupos de más calidad del panorama – doom bien construido, con gran número de elementos góticos, empapado por la melancolía.

El disco está bien balanceado, fluyendo con facilidad hasta para quienes no estén muy acostumbrados al género (difícil de popularizar por estas latitudes, aunque va ganando adeptos des de hace años). Siguen notándose sus influencias de la vieja ola inglesa de doom y grupos como Theatre of tragedy o My dying bride, pero en esta ocasión nos encontramos con un trabajo algo más lento, definitivamente muy atmosférico, y hasta con cierta vocación de intentar conseguir un sonido un poco más técnico, rozando el progresivo. El sonido de las guitarras se alterna entre dulce y apocalíptico (como en la intro de “Heavy lies the crown”, que abre el disco), sin perder la oportunidad de incluir esas líneas y riffs que, de alguna forma, sabes que suenan a Draconian. El ritmo, marcadamente pesado, permite crear con todo lujo de detalles una atmósfera de aflicción y, a la vez, cierta agresividad contenida, que se refleja también en las letras, pero, a la vez, los temas tienen el lujo de ser fáciles de reconocer y recordar.

La mezcla técnica es de firma excelente, clara y bien equilibrada, hecho que hace lucir a un trabajo ya de por sí excepcionalmente brillante.

Al talentoso grupo de músicos, capitaneados por la mente creativa de Anders Jacobsson, se ha unido una nueva voz femenina, Heike Langhans, que reemplaza a Lisa Johansson y firma momentos tan cautivadores como el cierre del álbum, en las últimas notas de “The marriage of Attaris”.

En resumen, nos encontramos con uno de los que seguramente sea de los mejores álbumes del año, aunque es posible que debido a que se dirige a un púbico muy concreto no goce de muchas oportunidades de escucha. Combinando a la perfección una atmósfera tétrica a la par que atrayente, la delicadeza arrebatadora de su vocalista femenina, y la potencia técnica del growl de Jacobsson, “Sovran” se descubre como el álbum ideal para disfrutar durante estos meses camino al frío invierno donde las horas de luz disminuyen con los días.