In Flames: Sounds Of A Playground Fading

Sin prejuicios. Así me disponía a escuchar la nueva obra de IN FLAMES, sobre todo teniendo en cuenta lo que me pasó con su predecesor. ‘A Sense of Purpose’ me supuso una decepción total de primeras, aún habiéndome gustado la evolución del grupo; digamos que me posiciono en un punto medio entre los primeros tiempos del grupo y sus tendencias más modernas… pero es que ese disco me dejó totalmente frío. A pesar de ello fui a la fecha madrileña de su gira junto a GOJIRA, y en aquella actuación redescubrí que el disco no era tan malo como parecía, y que la producción no le hacía justicia. No era su mejor álbum; de hecho seguramente era el peor de su carrera, pero no en el fondo no era tan malo como pintaba.

Así que para su décimo trabajo de estudio estaba a medio camino entre no esperar nada, y no hacerme una primera impresión equivocada. Unas cuantas escuchas han servido para demostrar que ‘Sounds Of A Playground Fading’ sigue la evolución lógica del grupo después de ver los discos que han sacado en los últimos diez años. Es el más melódico que han hecho hasta el momento, así que los detractores desde ‘Reroute to Remain’ dudo que se molesten en escucharlo… y aún así criticarlo como si se hubieran tomado la molestia de ponérselo un rato. Esa melodía casi constante en casi todos los cortes puede que sea la razón por la que Jesper Strömbland abandonara el grupo; oficialmente lo hacía por problemas personales y de salud, tras haber dejado momentáneamente a sus compañeros para ingresar en un centro de rehabilitación por sus problemas con el alcohol. Puede que fueran también diferencias en cuanto al rumbo del grupo, ya que se ha juntado con gente que ha pasado por los propios IN FLAMES, THEHAUNTED o CARNAL FORGE para formar THE RESISTANCE, su nuevo proyecto musical.

Pero vuelvo al tema que me ocupa, y me centro de lleno en el disco. Personalmente, y afirmando más arriba que la evolución del grupo me ha gustado (igual que me gustan sus discos de la década de los 90), ‘Sounds Of A Playground Fading’ me ha sorprendido gratamente y me ha devuelto la confianza en los suecos, al menos (de momento) en estudio. Y digo eso porque habrá que ver como se desenvuelve Anders Friden con este registro en sus conciertos para la próxima gira. El comienzo con la intro del tema que da título al disco se llega a hacer épica antes de caer en unos riffs ya característicos de Björn Gelotte, con unas estructuras también habituales dejando la voz de Anders en muchos momentos sola en las estrofas (que quede claro, sin los guturales de antes), y sacando su lado más limpio y melódico en los estribillos. Nada nuevo, pero el comienzo se antoja prometedor.

Continúan con ‘Deliver Us’, que ha servido como adelanto del álbum, videoclip no apto para gente con vértigo incluido. Aunque en su momento me pareciera un tema correcto sin más, es de los que gana con las escuchas. Sorprendentemente buena resulta ‘All For Me’, con un comienzo más oscuro y pesado a la par que pegadizo, moviéndose en ese terreno de una manera muy cómoda.

También hay hueco para la velocidad (al estilo de los últimos tiempos) en ‘The Puzzle’, cuyos primeros segundos me suenan a SLIPKNOT, ‘Darker Times’, y de una manera más cruda en ‘Enter Tragedy’. No se cortan en arreglos electrónicos en ‘Where The Dead Ships Dwell’ o ‘Fear Is The Weakness’, donde uno de sus punteos iniciales puede recordar a IRON MAIDEN… y no es el único momento, ya que el principio de ‘Rope’ suena a una doncella en plan futurista, en uno de los cortes más experimentales de todo el álbum. También incluyen dos interludios, ‘Jester’s Door’ y ‘The Attic’ (este último más cercano a una canción como tal), antes de cerrar con ‘A New Dawn’, el tema más completo y con una parte central pausada emotiva que pone los pelos de punta, y ‘Liberation’, donde se relajan por completo para terminar este trabajo de manera plácida.

En septiembre los tendremos por aquí defendiendo este disco en directo. Vuelven a hacer uso de samplers, sintetizadores y todo tipo de arreglos para adornar las composiciones, lo que seguirá siendo sacrilegio para muchos de sus (antiguos seguidores); aunque lo que más chocará esta vez es el registro de Anders durante la mayor parte del álbum, no apto para todo el mundo. Pero a mí me sigue picando la curiosidad de ver al grupo en directo, así que habrá que volver a sus conciertos. A estas alturas no les voy a pedir una segunda parte de ‘Whoracle’ o ‘The Jester’s Race’ viendo el estilo que practica el grupo… y sabiendo que pocas segundas partes fueron buenas.