Night Ranger: Somewhere in California

Estamos viviendo un periodo de revival espectacular de manos de las bandas de hard rock 80ero más célebres de la época. Poco esperábamos que todas estas bandas fueran capaces de recuperar el ángel compositivo y que volvieran al ruedo en esta forma tan envidiable. El caso de Night Ranger es uno de los más inexplicables pues después de facturar cinco obras maestras y desaparecer con el tsunami del grunge volvieron a golpe de decepción con “Hole in the Sun”, editado hace ya cuatro años. Pero Brad Gillis, Kelly Keagy y Jack Blades tienen duende y demuestran que pueden dejarnos con la boca abierta. Parte del mérito de todos estos retornos gloriosos lo debemos a los italianos del sello Frontiers, empeñados en realizar milagros hard rockeros.

Estribillos inmaculados, grandes temas, algo de almíbar, coros pomposos en su justa medida y gran lucimiento de la guitarra de Gillis en todos los temas. Estas son las cartas que nos muestran Night Ranger en pleno 2011. De entrada destaca la evocadora y divertida “Growin Up in California”, homenaje a su tierra y con un temazo perfecto para abrir el disco, aunque sumamente yanqui. Siguen con “Lay it on Me”, puro hard rock de la vieja escuela, vacilón y con un punto macarra y sleazy. Los detalles y solos a la guitarra por parte de Gillis son constantes, bien arropado por su nuevo fichaje: Joel Hoekstra, todo un trotamundos de solvencia contrastada. El momento azucarado puramente Styx viene de manos de la ampulosa “Time of Our Lives”. Otro baladón en su haber.

Espectacular entrada de Gillis en la fiestera “Rock and Roll Tonight”, posiblemente el corte más speedico del disco. Muy pegadiza y trabajada, ideal para el directo. Medios tiempos inspirados como “Follow Your Heart” o “Bye Bye Baby (Tonight)” demuestran ampliamente que aquí la paja y el relleno brillan por su audiencia. Gran trabajo en los coros, pero también sale a relucir, y mucho, la base rítmica. La melodía toma protagonismo en “No Time to Lose Ya” a base de ampulosos coros y en “Live for Today” reaparece su lado más comercial y dulce. Otra que hay que enmarcar es “Its Not Over”, fiel candidata a sonar en sus próximos directos, con otro solazo de Gillis.

Gran disco de puro sabor hard rockero puesto al día. Puede que esté lejos de sus obras maestras pero es todo un regalo poder saborear discos como este de la mano de estrellas de los 80. Uno de los discos de hard rock del año y otra demostración de que los grandes músicos pueden volvernos a emocionar. Por cierto, qué grande es Brad Gillis…