No son pocos los grupos que durante su carrera profesional
deben atravesar por periodos de inflexión. Formaciones que, tras una prolongada
trayectoria, deben tomar un nuevo rumbo en su orientación musical, con el riesgo
inherente a dicha decisión de defraudar a los seguidores tradicionales. Innumerables
son los casos a lo largo de la historia en los que una banda opta por salirse
los cauces recorridos, ya sea a favor de una mayor experimentación -con el ánimo
de salirse de caminos trillados- o por el contrario abrirse a un público más
amplio, con el objetivo de poner el nombre de la banda en boca de todos. Se
haga lo que se haga, es seguro que un parte de los seguidores más acérrimos
del grupo deserten ante la nueva dirección tomada.

Probablemente, Whitesnake fue uno de los casos más
conocidos de esta situación, por el desprecio con el que los seguidores tradicionales
de la banda recibieron el éxito masivo cosechado con el conocido “1987”. Razón
no faltaba, pues lo que comenzó siendo el proyecto en solitario de David Coverdale
sufrió una gran transformación en la búsqueda del éxito masivo en el mercado
estadounidense por parte del conocido vocalista británico. Con este objetivo
en mente, Whitesnake pasó de ser una banda basada en un hard rock de corte
clásico con influencias de ryhtmn & blues a una más de la millonarias formaciones
de hard & heavy que durante los ochenta pulularon por los escenarios. Los
diez millones de copias vendidas de “1987” parecieron dar la razón a Coverdale,
pero no fueron pocos los seguidores descontentos que dejó tras de si y que
fueron los que le apoyaron cuando el éxito de la banda se limitaba a Europa
y Japón. Los tiempos en la que la mítica formación Coevedale / Moody / Mardsen
/Murray / Lord / Paice brindaron el soberbio “Ready & Willing”, claramente
deudor de Deep Purple o Led Zeppelin , se habian perdidopara siempre.

Lo que permanece oculto en las trastienda del negocio
musical  es que esta transformación no fue algo repentino, sino que llevó un
tiempo en el cual Coverdale reformó la banda en busca de su ansiado éxito masivo.
El primer paso lo protagonizó “Saints & Sinners”, en el que la Whitesnake
comenzaba a introducir elementos del pujante hard & heavy. Pero el gran
paso aun está por dar, y Coverdale hizo una gran limpia en 1984 para que “Slide
It In” fuera el responsable de que por primera vez su banda comenzase a escalar
puestos en las listas de ambos lados del Atlántico. De esta forma, salvo Micky
Moody, ninguno de los integrantes de la antigua formación permaneció en su
seno, destacando la entrada de un mito de las baquetas como Cozy Powell.

Con “Slide It In” Coverdale se atrevió a dar el
salto evolutivo al que muchas bandas clásicas de los 70 se vieron obligadas.
El impacto del la New Wave Of British Heavy Metal. En el Reino Unido alcanzó también
Estados Unidos y era evidente del calado que el género comenzaba a tener entre
el público. Thin Lizzy (Thunder & Lightining)o Uriah Heep (Abominog) son
solo algunos de estos casos, pero la ambición del Coverdale no era solo actualizarse,
sino también convertirse en un superventas. Por lo tanto, no dudó en ningún
momento en adaptar el sonido de Whitesnake a las nuevas tendencias imperantes
en las radiofórmulas.

El gran mérito, y lo que diferencia a “Slide It
In” del vibrante pero vulgar “1987”, es que la banda logra combinar las nuevas
tendencias del género con el poso clásico de la Whitesnake. Supone que el blues
sigue estando muy presente en las composiciones, aunque es obvio que se le
ha dejado en un segundo plano, ejemplificado en el papel secundario que el
organo y los teclados de John Lord adoptan en las composiciones. Se apuesta
por temas que guiados por un ritmo más acelerado que de costumbre, además de
ganar una contundencia y electricidad más acorde con los nuevos tiempos. Los
riffs de Moody y del desconocido Mel galley  ya rozan el heavy metal de corte
clásico, impulsándose a través de la contuendencia de una base rítimica impuesta
por la clásica velocidad y fuerza que caracterizababa a Powell, acompañado
por el bajo del desconocido Colin. Los solos comienzan a desviarse hacia el
exhibicionismo al que tan bien nos acostumbro la década de los 80, aunque los
orígenes blueseros de Moody le delataan al no optar por el derroche de virtuosismo
de grupos más jóvenes. El propio Coverdale comenzó a cantar también como un
vocalista más moderno, menos anclado en los años 70, aunque siempre dejando
cierto regusto clásico que permitió que se convirtiese n uno de los mejores
de la época. Su único defecto volvió a ser su inevitable limitación en la escritura
de las letras, en las que volvió a reincidir una y otra vez en los clichés
sobre el amor que caracterizan toda su obra como músico.

Examinando de forma precisa el set list, no se
existe la continuidad entre temas de en sus discos precedentes, sino que se
advierte de forma más evidente que nunca que temas van dirigidos a ser singles.
Así, la más bluesera y festiva “Slow & easy” era el clásico tema sencillo
y pegadizo, de estructura simple y sin un gran derroche de imaginación, pero
con capacidad de llevarse al público gracias a sus acertados coros y la contundencia
de su riff. La canción homónima sigue un patrón muy parecido, pero donde la
banda se lleva la palma es con la melódica “Love Ain’t No Stranger”, probablemente
el tema más moderno del conjunto. Su intro, su estribillo y su solo es lo mejor
del disco, y una clara muestra de la idea que tenia Coverdale de cómo conquistar
las radio fórmulas Sin rebajar su contundencia. “Gambler” o “Guilty Of Love” siguen
esta línea, que solo se ve truncada por la excesiva sencillez de “Spit It Out” Y “Hungry
Of Love”, que desentonan con el resto del disco al  optar en demasía por un
rock más clásico.

A pesar de los buenos resultados y del buen recibimiento
de público y crítica, Coverdale consideró insuficientes estos méritos para
lograr penetrar en el mercado estadounidense. En una decisión extraña, deshizo
toda la banda excepto Powell y decidió rejuvenecerla. Para conseguirlo incorporó a
su antiguo compañero Neil Murray y sobre todo ganó para su causa a un maestro
de las seis cuerdas como John Sykes. Con el ex guitarrista de Tygers Of Pang
Tang y Thin Lizzy en sus filas, Coverdale contaba con un rostro juvenil que
le facilitaría mucho las tarea de introducirse en las listas norteamericanas.
La primera decisión de este proyecto fue la de regrabar las pistas de guitarra
para la edición estadounidense, en las que Sykes da rienda a suelta a su virtuosismo
en detrimento del toque clásico de Moody. El guitarrista seria también uno
de los protagonistas de los dos primeros videoclips de la banda, con los que
comenzaba a hacerse un nicho en la incipiente MTV. El resultado final fue la
primera vez en la que Whitesnake llegaba  a las listas de éxitos estadounidenses,
gracias a un álbum que logró un meritorio doble platino.

El resto, “1987” incluido, es la clásica historia
de una banda que tras el éxito masivo en la década los 80, no supo adaptarse
a los cambios que experimento la industrio a principios de los 90. Ni siquiera
la sustitución de un virtuoso como Steve Vai impidió la decadencia del grupo,
que veía como los fans que se habían subido al carro de su éxito cuando adoptaron
el sonido y la estética de la década huían en desbandada a nuevas tendencias
musicales de moda. Por fortuna, Coverdale tuvo el acierto de no convertirla
en un muerto viviente y la mantuvo en el congelador hasta que en fechas recientes
ha vuelto a girar y ganarse el respeto de los aficionados más jóvenes.

Jose Antonio Martín Pablos

Grupo:Whitesnake

Discográfica:Geffen Records

Puntuación:9

Canciones:

    1. Slide It In
    2. Standing In the Shadows
    3. Spit It Out
    4. Give Me More Time
    5. Love Ain't no Stanger
    6. Guilty Of Love
    7. Slow N' Easy
    8. All Or Nothing
    9. Hungry For Love

Año:1984

Votación de los lectores:8.1