Iggy Pop: Skull Ring

Los dinosaurios del rock empiezan a entrar en edades más propias de reservar un hueco en el asilo que organizar un tour mundial, pero viendo los directos de algunos y los discos que son capaces de facturar cuando muchos les acusan de que se les ha pasado el arroz, queda claro que muchos de ellos son de pura raza. Si Dio es capaz de mantener su voz y sus magníficas composiciones, la iguana de Detroit parece tener energía ilimitada. Muchos pueden dudar de lo que nos puede ofrecer Iggy hoy en día, pero Skull Ring cierra muchas bocas. El concepto del álbum puede cabrear a los más puristas debido a que cada canción tiene un grupo colaborando. A la mayoría les encantará ver que vuelve a resucitar y a escribir con los Stooges, pero también aparecen Green Day y Sum 41 entre otros. Casi nada…

Empecemos por los temas grabados con los hermanos Asheton o lo que es lo mismo: los Stooges. Inician con “Little Elecrtric Chair”, pura energía cruda y justamente lo que muchos fans de Iggy esperaban de una reunión como esta. Cruda, funcional y pegadiza, infaltable en futuras descargas. “Skull Rings” parte de una cadencia hipnótica que recuerda a ese maravilloso tema de ELP “Peter Gun” en lo que a base se refiere. La han electrizado, han puesto su sello y se han trabajado un estribillo básico, toda una declaración de intenciones. El puro sonido garajero de la vieja Detroit continúa en la esquizofrénica “Loser”, directa, efectiva y cruda. La participación de la mítica formación termina con “Dead Rock Star” un tema más pausado y menos eléctrico pero que hará las delicias de los fanáticos del grupo. Han vuelto, y lo que han hecho suena como si siempre hubieran estado juntos. Toda una alegría.

Si los Stooges ponen la nota auténtica y nostálgica, las colaboraciones con los Trolls se revelan como las más fructíferas e interesantes. “Perverts On The Sun” funciona con un distorsionador en la voz de Iggy y los coros más un estribillo de esos que se te quedan a las primeras de cambio. “Superbabe” es realmente extraña, pero se revela como una de las más atractivas del disco. La melodía es genial y pese a ser de las menos aceleradas a mi es la primera que me atrapó. Con “Whatever” se han marcado el single de turno, quizá no sea de las más brillantes, pero la composición puede sonar en cualquier bar de copas e incitar a la gente a moverse. Es sin duda la más adolescente y comercial, pero no deja de ser un gran tema. Los coros femeninos terminan de darle el toque accesible. Otra rarita es “Inferiority Complex” pausada y densa. Las voces distorsionadas vuelven en “Here Comes The Summer”, de riff básico y estribillo pegadizo, justo lo que pedimos a Iggy. Mejor salen las cosas colaborando con la polémica y descarada Peaches. “Rock Show” es demoledora y frenética y “Motor Inn”, sin duda uno de los mejores cortes del disco haciendo dueto con esta descarada mujer.

“Little Know It All” es la concesión de Iggy al punk rock melódico junto al grupo de moda. Al igual que con los Green Day aquí pesa más la vena melódica, accesible y coreable que no la electricidad y el sonido de garaje. El único tema que firma la iguana en solitario, corte melancólico, desnudo y sincero.

Por lo que respecta a las colaboraciones con Green Day cabe resaltar que se ha notado mucho la mano de Billie Joe en la composición, sobretodo en “Supermarket”, muy adolescente y previsible por parte de Green Day, pero para los fans del de Detroit no creo que guste mucho. Mejor les ha quedado la festiva “Private Hell”, con una línea vocal muy lograda y pegadiza y un toque western. Después de la interesante y pegadiza “Blood On Your Cool” con los Trolls se esconde una interesante sorpresita…

La iguana de Detroit sigue por sus fueros. A sus cincuenta y tantos es capaz de mantener esa garra y entrega en directo, pero lo que sigue siendo evidente tras Skull Ring es que es capaz de capturar esa energía que siempre le ha caracterizado en estudio. Lejos de reblandecer su sonido demuestra que, colabore con quien colabore, Iggy sigue siendo Iggy, y su habitación en el asilo ya la pueden alquilar a otro, pues hay bandas de veinteañeros que todavía andan lejos de llegarle a la suela de los zapatos en cuanto a entrega se refiere. Imprescindible para todos sus fans. En pleno siglo XXI y todavía puede sentar cátedra.