Sirenia: Arcane Astral Aeons

Sirenia no ha acabado nunca de ser reconocido como un referente del gótico sinfónico, pero algo tendrá la banda de Morten Veland que, desde hace más de 10 años, se haya mantenido allí, siempre presente en el subgénero. Sin embargo, su último álbum, Arcane Astral Aeons, cae algo insulso y poco meditado. ¿Quizá al final los constantes cambios de line-up le habrán pasado factura?

Descubrí a Sirenia alrededor de la época del ‘Nine Destinies and a Downfall’ (2007) y el ‘The 13th Floor’ (2009), es decir, el único álbum que grabaron con Monika Pedersen y el primero que contó con nuestra compatriota Pilar María del Carmen Mónica Giménez García, más conocida como Ailyn. Y, la verdad, un poco allí me quedé. Reconectar con los noruegos me hacia ilusión, pero a la vez me daba a la sensación que no encontraría en ellos lo mismo de antaño, ese “algo” que me hacía aún tararear de vez en cuando las melodías principales de “The Other Side” y “Lost In Life”. Y así fue.

La prueba de fuego de Veland y Zoldan

‘Arcane Astral Aeons’ (Sirenia) es la novena entrega de la banda que Morten Veland montó en 2001 tras su salida de Tristania. Desde ese lejano inicio de siglo, la banda ha sido un constante de entrar y salir de músicos, hasta el punto en que es más fácil pensar en él como un proyecto de Veland respaldado por intérpretes de sesión. En ese sentido, el anuncio del nuevo álbum fue una grata sorpresa para los fans, ya que es el segundo disco que los noruegos graban con la vocalista Emmanuelle Zoldan. La cantante francesa no es una desconocida para el mundillo metal, habiendo sido corista tanto de Turisas (‘Battle Metal’, 2004) como, especialmente, de Sirenia en casi todos sus trabajos previos.

Era lógico que Veland optara por ella cuando cortaron lazos con Aylin (aunque los pormenores de esa trifulca aún distan mucho de quedar claros), pero los fans no la recibieron con especial entusiasmo. Al cariño que tenían a Aylin tuvo que sumársele las opiniones regulares que recibió ‘Dim Days Of Dolor’, por lo que Sirenia tuvo que trabajar largo y arduo, conquistando con tesón los escenarios de medio mundo.

‘Arcane Astral Aeons’ no acaba de funcionar

Con este panorama, el lanzamiento del nuevo Sirenia – Arcane Astral Aeons era bastante anticipado. Aunque, en general, soy de la opinión que funciona mucho mejor que ‘Dim Days Of Dolor’, creo que es un disco que dista mucho de lo que Sirenia había llegado a conseguir en sus inicios.

Ya desde el primer single, “Love Like Cyanide”, la cosa no acaba de arrancar. Si no fuera por los pequeños breaks de influencia blackera, parecería que estamos escuchando el último éxito del verano. El estribillo, la estructura en general y, especialmente, la base musical (la batería da un tempo rarísimo) no dan mucho de sí, por lo que el resultado es a ratos extraños y a ratos casi vulgar. Por suerte, es, de largo, el peor tema del álbum. Por desgracia, junto a “Asphyxia”, también es de los más pegadizos.

Siendo el sinfónico un género completamente sobrepoblado por bandas con fórmulas muy parecidas, es importante intentar diferenciarse y encontrar tu propia voz. Quizá el grupo con el que Sirenia se pueda comparar más es Amaranthe, por el uso que hacen de sonidos modernos, pero en las partes iniciales de la segunda canción, “Into The Night”, también encontramos unos aires a un Nightwish pormenorizado. Aún y tener el riesgo de pecar de repetitivo, el tema remonta con bastante gracia durante su estribillo, que regala unas bonitas reminiscencias a Powerwolf, pero acaba con un pasaje susurrado que le deja una nota baja.

En temas como “Queen Of Lies” es innegable que Sirenia ha ido a por ritmos bailables, cargados de beat y samplers (y algún coro gregoriano despistado que pasaba por allí). La verdad es que esta canción es de las que funcionan mejor, ya que es de las pocas que van directas al grano con lo que quieren conseguir: así resulta en un tema claro, conciso y bien estructurado, que no confunde al oyente como sí ocurre con otros cortos que pretenden ser más ambiciosos.

“Nos Heures Sombres” parece ser el único tema donde Veland no ha puesto mucho la mano, siendo firmado enteramente por Zoldan. Nos queda un escuchable pero algo insulso tempo acompasado con unos aire eurovisivos chulis, aunque, definitivamente, el hecho de que esté cantado enteramente en francés es un punto a favor.

Todo un catálogo de géneros

Y es que la parte que, en mi opinión, resulta más destacable del disco son los pasajes en los que Emmanuelle canta en francés: no te lo esperas y resulta curioso (¿cuantas bandas franco-noruegas encontramos?), pero también tiene un punto raro. Por ejemplo, que escojan poner un break de estilo cabaret en medio de “Desire” suena un poco a mezcolanza inmiscible; me apasiona el mestizaje como a la que más, pero siempre es necesario hacerlo con un sentido.

De hecho, todo el álbum es, en general, un poti-poti de ideas que, para mi, no acaban de conectar. Aunque todo se inscriba dentro del mismo género, no ves una firma distintiva ni un carácter identificativo. Escuchas elementos del ya mencionado black, pero también de folk, power y industrial, y más allá del metal también hay pasajes de electrónica y pop, todo atado con voces operísticas, limpias y growls. La cosa es densa. La mezcla y la calidad del sonido también parecen ir completamente locos, cosa que le hace flaco favor a una grabación ya de por sí cacofoniquilla, pero esto es, honestamente, difícil de valorar con el streaming de Napalm Records.

Con esto no quiero decir que ‘Arcane Astral Aeons’ no funcione, ni que Sirenia sean malos músicos. De hecho, Sirenia siempre ha sido esa banda curiosa dentro del subgénero del gótico sinfónico: no acaba de estar en primera fila, pero está allí, siempre allí. Demostrado queda que algo tienen: no todo el mundo consigue alegremente lanzar 9 discos en 16 años aún y los constantes cambios de line-up, amén de girar por toda Europa, Asia y América de forma más o menos regular.

Quizá ‘Arcane Astral Aeons’ sea uno de esos discos que acaban entrándote con el tiempo, o uno de esos que con el directo se crecen (lo podréis comprobar en Barcelona y en Madrid dentro de unos pocos días). O quizá simplemente se tendrá que aceptar que a no todo el mundo le gustará. Estas cosas pasan.