Robby Krieger: Singularity

El mítico guitarrista de los Doors poco o nada le queda por demostrar a día de hoy. Disfruta de su posición de mito viviente y hace lo que realmente le da en gana. Eso explica perfectamente esta “singular” obra, absolutamente personal y que refleja la cara más experimental de Krieger así como el poso de todas las muchas influencias que le han ido empapando desde los 50. De hecho hasta la portada es una pintura suya que lleva el mismo nombre que el disco.

Krieger se lanza de cabeza al jazz fusión con rock, mete vientos a las composiciones y los omnipresentes teclados, tan protagonistas como la propia guitarra del maestro. Destaca en sobremanera la guitarra flamenca que tanto le apasiona en dos intros de temas, una de ellas llamada “Russian Caravan”, con ecos de la atemporal “Spanish Caravan” de los tiempos de Morrison.

Todos los cortes son instrumentales, muy ricos, con una batería excepcional marcando el pulso y con algunos pasajes atmosféricos algo caóticos como la sobrecogedora, extensa y espectacular “Russian Caravan”. Posiblemente el mejor tema del disco. EL resto son mucho más accesibles y menos experimentales, todas ellas enfocadas a un jazz-fusión muy elegante. “Let It Slide” es otra composición con mucha magia en la que Krieger se desliza por el mástil de su guitarra y los efectos de teclado completan este medio tiempo efectista.

“House of Bees” es pura música descriptiva, toda una oda a la naturaleza describiendo con la guitarra el vuelo de una alegre abeja. Otro tema que no podemos pasar por alto es la trabajadísima “Southern Cross”, con un riff precioso a ritmo templado y con ecos algo caribeños pero a la vez melancólicos. “Event Horizon” entra, tras la intro flamenca, con unas flautas realmente evocadoras.

Krieger nos invita a un personalísimo viaje entre lo sideral, los ecos de la naturaleza, la fusión, el teclado característico de los Doors y lo puramente experimental. El guitarrista está libre de ataduras y su mente fluye y queda plasmada en esta paleta de infinitos colores. Es un todo muy musical y rico y muestra su cara más artística que la de los actuales The Doors, en los que, por cierto, parece que está Mike Matijevic de Steelheart. Posiblemente la mejor encarnación de la banda desde su resurrección comercial-revival. Ante todo “Singularity” es sincero y nos muestra la verdadera cara y las pasiones que deambulan por la muerte de un genio.