Fozzy: Sin and Bones

No hay ninguna duda de que ‘Sin and Bones’ va a ser el disco que por fin ponga a FOZZY en el mapa real del hard rock y metal, y con el que por fin van a ser considerados como un grupo del estilo, y no simplemente como “la banda de”. Y es que Chris Jericho nos confesaba recientemente en una entrevista que de pequeño tenía dos sueños. Uno, ser luchador de wrestling, sobradamente conseguido. Otro, ser un músico de rock. Y a pesar de que en ‘Chasing the Grail’ ya obtuvo buenas críticas, es con su quinta obra con la que más credibilidad va a ganar.

Además, que ese segundo objetivo en la vida es el que verdaderamente le apasiona tal y como nos contaba, y se nota en estos diez canciones. Quizá sus declaraciones diciendo que con este álbum querían hacer algo así como METALLICA con el Black Album puedan ser sacadas de contexto por no salvar las distancias, pero está claro que va a ser la pieza angular sobre la que crecer. Rich Ward ha creado un disco tremendo, empezando por la caja musical que sirve de intro a ‘Spider In My Mouth’, en la que se advierte una influencia de los últimos tiempos de AVENGED SEVENFOLD… y no podía ser mejor apertura, ya que en el segundo corte, ‘Sandpaper’, colabora su vocalista M. Shadows en un dúo superpegadizo, que sabe llamar la atención; rockera y con un pequeño toque macarra. También tienen un lado mucho más metalero, que lo muestran en ‘Blood Happens’ y en el tema que da título al álbum, tirando de riffs potentes y mucho doble bombo. Digamos que es un grupo con multitud de influencias, y no tienen reparos en mostrarlas, ya que en ‘She's My Addiction’ parece que estemos escuchando a MOTLEY CRUE en plenos años 80. También salen muy bien parados en medios tiempos como ‘Inside My Head’ o ‘Dark Passenger’, más melancólicos y con Jericho cantando con mucho sentimiento, o temas de tempo más pesado, caso de ‘Shine Forever’.

Quizá porque sus composiciones sean cortas, directas y pegadizas, pueda sorprender que haya un tema rozando los siete minutos y se atrevan a cerrar con uno por encima de diez. A menudos los temas más largos (de duración) suelen ser los más completos de cada álbum, pero cuando se trata de un grupo con unos (en teoría) patrones para sus canciones, haya cierto recelo. Nada más lejos de la realidad, porque FOZZY demuestran saber moverse a la perfección en otros pasajes. ‘A Passed Life’ es una pequeña maravilla íntima, en lo que parece una pieza apagada en su totalidad pero donde Chris se convierte en protagonista absoluto, dejando para el final un subidón que comanda el solo de guitarra. Pero es que ‘Storm The Beaches’ es mucho mejor. Rápida de inicio, jugando con cambios de ritmo y con un estribillo que perfectamente podría recordar a Ozzy, se marcan un puente progresivo para volver a arremeter con fuerza en la segunda mitad de la canción. Un final ideal.

Tienen popularidad ganada a pulso por tener un frontman como Jericho, pero sobre todo, esta vez sí que sí, tienen grandísimas composiciones. ‘Sin and Bones’ no es ningún alarde de virtuosismo, tampoco nos presenta nada nuevo. Pero tiene diez canciones que, cada cual por separado tienen un gancho tremendo, y en conjunto hacen uno de los mejores discos de lo que llevamos de año.