Esta banda de Boston que tan bien mezcla el punk con las raíces celtas e irlandesas ha sabido dar con una fórmula a la que se han sumado los Real McKenzies, Flogging Molly o los Rumjacks. Han cosechado un gran éxito a lo largo y ancho del globo a pesar de que todavía no son una banda de estadios. Lo que sí hay que destacar es que son una de las propuestas más frescas y atractivas del panorama actual. Whistles, mandolinas, banjos, gaitas y violines irrumpen en las melódicas tonadas irlandesas pero cabalgan a lomos de la fiereza y la velocidad propias del punk. Hay también una gran dosis de coros borrachos, muy bien llevados, y el cóctel es casi perfecto. Y digo casi pues evidentemente para muchos este disco no llegará al nivel de sus anteriores obras maestras. Esta vez hay más melodías y una búsqueda consciente de estribillos melódicos. Han dejado de apretar el acelerador, pero siguen enamorando.

Imposible no rendirse ante dos de los temas más espectaculares: por un lado la preciosa “The Boys Are Back” (¿homenaje a Thin Lizzy en el título?) y ese single clarísimo llamado “Rose Tattoo”, que ya pudimos disfrutar en el festivak Azkenero del pasado verano. Ambas son futuros clásicos, llenas de fuerza y melodía. 100% Dropkick. Otro de los grandes momentos es “The Seasons Upon Us” en la más pura tradición The Dubliners, pero sobretodo The Pogues. Ese ritmo de villancico recuerda inevitablemente a “Fairytale of New York”. “Prisioners Song” tiene un inicio que recuerda horrores a su clásico “Im Shipping Up to Boston”. Gran derroche de banjo y coros etílicos. “Burn” sigue la vena más punk del grupo, y la primera gran sorpresa la encontramos con la melódica y folkie “Jimmy Collins Wake”. Un tema coral con varios cantantes y un gran trabajo en las instrumentaciones y un buen final con esos coros “uoo, uoo”.

Otra de las que va para clásico es la fiera y rápida “The Battle Rages On”, en la que brillan whistles y flautas repuntando la velocidad y la línea vocal. Al Barr se luce en “Dont Tear Us Apart”, a pesar de que es un tema que tampoco aporta ni destaca especialmente más allá de su estribillo pegadizo. El protagonismo de las guitarras centra “My Hero”, corte ideal para el directo con mucha pegada, velocidad y en el que vuelven a subrayar su base más punk. El final es puramente festivo con la lírica e hímnica “End of the Night”. Más pausada pero irresistible, dejando entrever sin rubor alguno su devoción por The Pogues. Finalizan con “Lucky Charlie”, ahondando en la vena más The Clash. Muy accesible y melódica, pero contundente a la vez y con otro estribillo para enmarcar.

El listón estaba muy alto y las comparaciones siempre favorecerán a sus anteriores obras, cierto; pero esto no quita que esta obra posea madera de clásicos en su discografía. Los temas entran a la primera, ni rastro de relleno y paja, y sí que posiblemente es un disco más accesible. Hay también los fieros cortes y la rabia punk, pero en general hay más temas destinados a resaltar la melodía y las típicas instrumentaciones folk. Esta banda siguen siendo unos privilegiados y disfrutan de su posición privilegiada. Su directo es espectacular y a ello le suman otro buen puñado de clásicos. El grupo va a seguir creciendo a pasos agigantados y su leyenda será cada vez mayor. Su fórmula será copiada hasta la saciedad, pues han conseguido la fórmula perfecta para pescar fans de cualquier estilo. ¡Es imposible no caer en sus garras!

Jordi Zelig Tàrrega

Grupo:Dropkick Murphys

Discográfica:Born & Bred Records

Puntuación:8.5

Canciones:

  1. The Boys Are Back
  2. Prisoners Song
  3. Rose Tattoo
  4. Burn
  5. Jimmy Collins Wake
  6. The Seasons Upon Us
  7. The Battle Rages On
  8. Dont Tear Us Apart
  9. My Hero
  10. Out On The Town
  11. Out Of Our Heads
  12. End Of The Night

Año:2012