Hora Zulú: Siempre Soñé Saber Sobre Nadie Negó Nunca Nada

Hay veces que hacer la review de un disco antes de entrevistar al grupo en cuestión te libera a la hora de escribir. Por el contrario, si se hace a posteriori, en cierto modo vas con más información (o deberías, de haber hecho bien tu trabajo), corriendo el riesgo de estar coaccionado inconscientemente a la hora de expresarte. En el caso del quinto disco de HORA ZULÚ, es complicado a la vez que sencillo hacer referencia a lo que encontramos en ‘Siempre Soñé Saber Sobre Nadie Negó Nunca Nada’.

El haber charlado con Paco Luque y Javi Cordovilla después de escuchar el disco hace unos días, me hizo ver que la idea que tenía de él no estaba muy desencaminada de la que ellos pretendían dar, así que ellos solo me aportaron más datos de los que ya sabía y que se pueden ver en esta entrevista. Se pusieron a componer con el hecho de estar liberados de contratos, tomándose con calma los procesos, tomando ellos mismos los mandos de la producción, llevando a Aitor a grabar las voces con David Castro en Úbeda, y mezclando todo Remy Deliers en Lille.

El adelanto, ‘Mis Barraqueras’, ya daba una idea de ese ligero cambio en la banda, mostrando un grupo más asentado a la par que directo. El mensaje de Aitor sigue ahí, pero de una manera más accesible; sigue siendo un poeta que recita sobre la música, pero se nota que con el paso de los años todos han aprendido a ensamblar mejor las piezas. Los juegos de palabras de Aitor siguen ahí, véase en el propio que da título al álbum con una antítesis y no como trabalenguas, muy pegadizo, o el guiño en ‘Caigan del Cielo’ en una parte de la estrofa que recita “… ya ni la entiende aquel que la lleva”, que parece en referencia a su tercer álbum. Cito solo esas dos como ejemplos, porque en los once cortes encontramos sus letras características.

Por otro lado, el álbum está estructurado de manera que con distintas intros/interludios rinden homenaje a Enrique Morente, Carlos Cano, Rafael de León y Enrique El Moro, maestros para el grupo por diferentes motivos. Lo que algunos ven como algo sobrante es lo que da chispa y unidad al álbum para verlo de una manera continua y no como canciones sueltas. Previas a dos de estos tributos encontramos ‘Crom en su Montaña’ y ‘Nuestro Entonces’, dos medios tiempos simples en apariencia exterior, ricos en sentimiento y mensaje interior. Pero ante todo, lo que hay es mucha variedad. Temas machacones de ritmos pesados como los de ‘Gabinas de Cochero’ y ‘Otro Guion Sin Escribir’, que puedan recordar a otras etapas de la banda como ‘Que Me Mata’, rápidos como ‘Que la Tierra Te Sea Leve (S.T.T.L.)’ (espectacular la labor de Paco aquí, más en su tramo final)… En la variedad está el gusto, y en un grupo con influencias tan variopintas resulta natural en su proceso.

HORA ZULÚ han alcanzado la absoluta madurez compositiva con esta obra. Yo, como ellos, me niego a pensar que su primer disco sea su mejor trabajo. Bien es cierto que la novedad de entonces, ese efecto sorpresa, lo han perdido. Pero lo han ganado en composiciones más elaboradas y un mensaje más directo, manteniendo intactas sus señas de identidad más características. Lo mejor que han podido hacer en su carrera ha sido no estancarse y seguir evolucionando para no ser vistos simplemente como un grupo donde un cantante cercano al hip hop cantaba sobre una base rock.