Motley Crue: SHOUT AT THE DEVIL

MOTLEY CRUE son, por antonomasia, La Banda de Hard-Rock americana de los 80.
Es la definición exageradamente desproporcionada de todo lo que fue la escena
de Los Angeles desde 1982 hasta 1990.

La banda se formó en 1981 con Vince Neil, Tommy Lee, Mick Mars y Nikki Sixx,
y tras firmarlos a regañadientes, Elektra Records se encontró con un enorme
filón monetario que explotaría definitivamente con “Dr.Feelgood” en 1989, el
cual mantuvo a la banda durante 2 años de gira, con todos los temas del disco
menos uno siendo lanzados como singles.

El precedente a “Shout at the devil” fue “Too Fast for Love” que sin ser un
mal disco, y pese a presentar la mas pura esencia de la banda, carecía de cierta
madurez, sobre todo en lo que se refiere a la voz de Vince Neil. “Shout at the
devil” compensó cualquier error hecho en el primer disco.

La imagen de la banda comenzaba a definirse, una especie de chicos malos recién
salidos de alguna película tipo Mad Max, y asi mismo, su música hacía lo propio.
El inicio del disco, la clásica locución “In the beggining” da paso al mayor
clásico de su carrera, “Shout at the devil”, aun hoy versioneado por bandas
como HARDCORE SUPERSTAR en sus directos. Los temas de la banda sonarían algo
menos digeribles a manos de otra formación, pero a manos de los CRUE suenan
deliciosamente pegadizos. La voz de Neil y la perfectamente ecualizada batería
de Tommy Lee son lo primero que sorprende, seguido de los excelentes riffs de
Mars. Desde “Looks that Kill” a “Knock ‘em dead kid”, pasando por “Ten seconds
to love” todos y cada uno de los riffs de este disco son históricos.

Mención aparte merece la breve instrumental “God Bless the Children OF The
Beast”, una melódica invocación satánica por parte de Mick Mars, con fondo acústico
que recuerda mucho al solo de “Hotel California” de los EAGLES.

“Shout at the devil” marcó el inicio de una época en la música rock, y fue
el detonante definitivo de la escena hard-rockera americana de mediados de los
80. Todos y cada uno de sus temas son imprescindibles, y en ningún momento encontrarás
ni un solo, ni un toque de batería, ni un línea vocal que sea de relleno. Excelente.