Hay quien siempre ha acusado a esta banda de parecerse sospechosamente demasiado
a NIGHTWISH. Ahora quizá lo tengan más fácil para despotricar, ya que en “Shine”
esas referencias a la banda de Tuomas parecen hacerse algo más patentes. ¿Cómo
influencia o como consecuencia? Pues, la verdad, yo creo que ninguna de las
dos. Esto es debido a que para mí ésta no es una banda clon; evidentemente aquí
hay influencias de sus compañeros fineses, pero han dejado el escáner y la fotocopiadora
de lado y han decidido decantarse por el puré tres delicias en detrimento de
la ecléctica macedonia. De hecho, si un servidor tuviera que establecer una
comparación se decantaría antes por los WITHIN TEMPTATION del “Mother Earth”
que por el grupo de Tarja Turunen y compañía.

Se podría decir que estos austriacos les pasan por encima a otras bandas de
su país, ya que mientras grupos como VISIONS OF ATLANTIS se adivinan más obvios
y monocordes en EDENBRIDGE conviven las buenas composiciones, el buen gusto
y una evolución tan lógica como estilizada, abriendo algo más el abanico. Esto
es debido a que un disco como “Shine” no nos azota en clave de sorpresa sino
que los anteriores trabajos de la banda, cuatro obras en total, ya apuntaban
las maneras que ahora se ven explicitadas. Quizá eran algo más góticos y menos
power, pero aún y así, consecuentes unos con otros.

Se podría decir que la banda la lideran básicamente dos personas: el fundador
del grupo, guitarra y compositor Lanvall y la bella voz de la señorita Sabine
Edelsbacher. Junto con el resto de componentes, se encargan de recrear unas
composiciones potentes pero cuyas guitarras y dobles bombos siempre se ven apaciguados
por la voz de la cantante, que, de hecho, se erige como pieza angular de las
composiciones, al igual que lo hacía la señora Turunen de NIGHTWISH sobretodo
en discos como “Wishmaster”. A pesar de ello, la voz de Sabine es, obviamente,
bastante menos operística que la de Tarja. Aunque los miembros y la compañía
disquera definan a la banda como Epic/Angelic Bombastic Metal nosotros nos vamos
a pasar por el forro sus pajas mentales (con perdón) y definiremos al grupo
como practicante de un interesante metal sinfónico que encandilará a más de
uno. Sin ir más lejos, la primera canción, que da nombre al disco, nos enseña
las principales armas de las que el grupo se va a hacer servir para intentar
elevarnos hasta los cielos con su embaucadora música: guitarras cortantes, presentes
pero no arrolladoras, que se encargan de hacer escalar la composición hasta
alcanzar un realmente precioso estribillo que posiblemente consiga erizar el
vello a más de uno con esa sabia combinación de coros con la voz de Sabine,
estribillo tan resultante como exento de toda ornamentación gratuita, todo sea
dicho. Lo que aquí aparece es lo que tiene que estar, lo indispensable y lo
que piden las composiciones. La canción, que dura unos nada desdeñables ocho
minutos y medio agiliza su desarrollo tras cruzar su meridiano, acelerando algo
el tempo e introduciendo solos y alguna que otra divagación sonora bastante
adecuada.

Los temas por lo general superan las cinco minutos, algo que ciertamente se
agradece, ya que la banda sabe cómo desarrollar las canciones y no duda en rozar
una dirección algo más progresiva cuando es necesario, siempre al servicio de
las composiciones en sí y nunca en pos de devaneos virtuosistas. El resto de
cortes siguen en mayor o menor medida estas directrices, aunque cubriendo de
forma coherente todo el campo de acción que se les supone a grupos del estilo,
esto es, sonido limpio, voz angelical, acicalados coros, arreglos de teclado,
algunos riffs clásicos del power metal, cierta reminiscencia oriental,  alguna
que otra balada y, por lo general, ínfimas o nulas concesiones a la agresividad.
La verdad es que salvo un par de temas algo más aburridos el disco ralla por
lo general a un muy alto nivel, a buen seguro fruto del constante trabajo que
ha atesorado a esta banda desde que se formaran hace algo más de media década.
Por cierto, este grupo debe tener cierta obsesión con los puentes, ya que de
cinco discos que tienen este es el tercero donde parece un puente en su portada.
De acuerdo, la temática fantasiosa que atesoran las letras, con los viajes al
Edén como constante en muchas ocasiones, nos dan pistas al respecto, pero no
deja de ser curioso.

A la hora de intentar destacar algún tema quizá me quedaría con las características
melodías folk y dinamismo de “Wild Chase”, con los inquietos desarrollos de
la extensa “The Canterville Ghost”, con el onírico medio tiempo “What You  Leave
Behind” y, por supuesto, con el emotivo e indispensable corte inicial, “Shine”.

Bastante en la onda de WITHIN TEMPTATION, LUNATICA, VISIONS OF ATLANTIS o NIGHTWISH,
sin ningún tipo de duda estos austriacos enamorarán a los seguidores de este
estilo que ahora parece haber alcanzado ya su cenit. Dentro de esta retahíla
de grupos, EDENBRIDGE merecen estar en el selecto pelotón de cabeza, de eso
no me cabe duda.

Penumbra

Grupo:Edenbridge

Discográfica:Massacre / Mastertrax

Puntuación:7.8

Canciones:

    1. Shine
    2. Move Along Home
    3. Centennial Legend
    4. Wild Chase
    5. And The Roads Goes On
    6. What You Leave Behind
    7. Elsewhere
    8. October sky
    9. The Canterville Prophecy
    10. The Canterville Ghost
    11. On Sacred Ground (bonus track)

Año:2004

Votación de los lectores:6.6