Jolly Joker: Sex, Booze & Tattoos

Debe ser por lo decadente de la Comunidad Valenciana en los últimos años que se me hace totalmente apropiado que salga de allí un grupo como JOLLY JOKER. Cinco maromos cargados de testosterona que resumen perfectamente la filosofía de “disfruta hasta que revientes” que se popularizó en el Sunset Strip de Los Ángeles entre 1983 y 1990, cuando bandas como LA GUNS, TUFF, WARRANT o POISON asolaron la escena con su particular visión del hard rock mezclado con laca, esperma fresco, pirotécnia y tatuajes. Esa actitud de “desfasa hoy como si no hubiera un mañana” es muy aplicable a todo lo que ha pasado en la comunidad levantina en los últimos años. Y casi como un resorte, ahí salen JOLLY JOKER, con un primer disco de título tan autoexplicativo como “Sex, Booze & Tattoos” que, traducido, significa “os podéis ir todos a tomar por saco, que me importáis un comino”. Solo que lo que ellos hacen es divertido y adictivo.

Si hubiera que buscar un referente inmediato en el estilo de estos macarras, ese sería BUCKCHERRY. La energía cruda y bruta de “Sex, Booze & Tattoos” tiene mucho que ver con la de quel primer sorpresivo álbum de la banda de Josh Todd en 1999, e incluso con los dos primeros discos de HARDCORE SUPERSTAR. Claros enamorados de la movida angelina, tampoco se olvidan de la influencia sueca (CRASHDIET y demás) en éste primer trabajo. Canciones como “Before You Die” tienen un rollo más metalero que les distancia del hard rock azucarado de finales de los 80 y los sitúa en una perspectiva más actual del género, si es que un género como el rock and roll guarrote se puede etiquetar como “actual”. Pero otros temas como “She Starts” tienen ese deje a GREAT WHITE y CINDERELLA que los hace más refinados gracias a la influencia bluesera.

Los coros a lo largo de todo el disco son muy trabajados, conscientes de la importancia que tienen en este estilo (véase el último disco de RECKLESS LOVE para entender como unos buenos coros aumentan exponencialmente la musicalidad de una banda de hard clásico) y las melodías y estructuras de las canciones son facilonas, de deje pop (verso-estribillo-verso-estribillo-puente-solo-estribillo), lo que hace que se te peguen como un resfriado en febrero.

Gran debut discográfico para una banda que al menos se sale de la norma que tienen todos los grupos en éste país últimamente: copiar a SOBER una y otra vez.