Situémonos en el tiempo. El año es 1982. En el Reino Unido, la nueva ola del heavy metal británico ya ha estallado. IRON MAIDEN, DEF LEPPARD y JUDAS PRIEST son profetas en su tierra, pero Estados Unidos, el mayor mercado discográfico del mundo, aún no termina de coger el ritmo del doble bombo y las guitarras stacatto a toda velocidad punteando. Allí siguen colgados de JOURNEY, la New Wave, SPANDAU BALLET, A FLOCK OF SEAGULLS, DEVO, DURAN DURAN, MADNESS y el post-funk de la época. Pero en marzo de ese año aparece en las tiendas un tal “The Number of the Beast” de IRON MAIDEN y en julio el “Screaming for Vengeance” de JUDAS PRIEST. También ese año salen a la venta en Estados Unidos el primer disco de MANOWAR, el “Creatures of the Night” de KISS, el “Restless and Wild” de ACCEPT, el “Speak of the Devil” de OZZY OSBOURNE, el “Saints & Sinners” de WHITESNAKE, el “Under the Blade” de TWISTED SISTER, el “The Eagle Has Landed” de SAXON, el “Iron Fist” de MOTORHEAD, “Diver Down” de VAN HALEN, el “Blackout” de SCORPIONS y el “Mechanix” de UFO. No hace falta decir que un año después, en 1983, las cosas eran muy distintas en ese mayor mercado discográfico del planeta. El heavy metal tomó la MTV y las listas a traición y se convirtió hasta 1989 en el estilo musical más inmensamente popular de Norteamérica, dando lugar a la década más reverenciada del género por la variedad de bandas y estilos creada y por la cantidad de discos clásicos editados en un lapso de tiempo de apenas seis o siete años.

Fue en ese contexto en el que los británicos JUDAS PRIEST rompieron en el mercado americano de la mano de su disco de aquel entonces,”Screaming for Vengeance”, y los que vendrían después, como “Defenders of the Faith”, el infame “Turbo” o “Ram it Down”. Aunque compositivamente la banda nunca superó lo que hicieron hasta 1982, su momento de mayor popularidad llegó a partir de 1984 y en adelante. Todo lo sembrado dio frutos, de golpe, ayudado por la tormenta perfecta que regó el campo. El Reaganismo y el Tatcherismo, el descontento social, la Guerra de las Malvinas, la música de plástico ofrecida por los mass-media hasta aquel entonces, la búsqueda de una manera de canalizar la rebelión juvenil tras la gran fumada de porros que fueron los ’70 y tras el ataque frontal de la música disco…todos esos elementos contribuyeron a que un estilo musical de “apestados”, como había sido el heavy metal hasta entonces, de golpe y porrazo copara todo el protagonismo.

Todo comenzó con la “Disco Demolition Night”, aquel evento en el Comiskey Park de Chicago en el que un conocido DJ de la zona hizo estallar una gran cantidad de vinilos de música disco en la mitad de un partido de baseball ante un estadio lleno de gente. El descontento con los estilos musicales impuestos era evidente. Allá por 1982, las cosas estaban girándose definitivamente en pro de los estilos más duros y en 1983, cuando se celebró el mítico US Festival (en el que participaron JUDAS PRIEST, MOTLEY CRUE, QUIET RIOT, SCORPIONS, OZZY OSBOURNE, TRIUMPH y VAN HALEN) el heavy metal oficialmente pasó a ser el estilo reinante, con 300.000 personas asistiendo a la ceremonia de traspaso de poderes.

Con esta contextualización previa, se hace más fácil entender porque “Screaming for Vengeance” es un disco del que se celebra su edición 30 años después. Aunque “British Steel” es tradicionalmente el disco mejor considerado de JUDAS PRIEST, lo cierto es que “Screaming for Vengeance” fue el que lanzó al estrellato a la banda, particularmente gracias a la presencia en la radio de la canción “You’ve Got Another Thing Coming”, un añadido de última hora para un disco que la banda grabó en los Ibiza Sound Studios en 1982.

“¡Grabar en Ibiza multiplicó las posibilidades de distraernos!” le explicaba Ian Hill a Javi Félez de ésta web hace unos meses.  “Ya habíamos estado en esos estudios con “Point of Entry” así que ya sabíamos el peligro de ir para allá, pero aún con ello, agarramos los bártulos camino a las Islas Baleares. Amábamos ese estudio, y de hecho volvimos allá para “Defenders of the Faith”. Te levantabas a las 10 de la mañana, ibas un rato al estudio, luego salías a la piscina, tomabas unos cocktails, hacías la siesta, volvías a grabar, te ibas de compras y a cenar, volvías al estudio hasta las 5 de la mañana (risas), ¿Quién no desea grabar un disco así?”.

Pese a la desenfadada agenda de la banda, “Screaming For Vengeance” es un disco tremendamente cohesivo, señal de que el bueno de Tom Allom, productor de la obra, sabía como sacar lo mejor de los chicos de Birmingham. A duras penas un disco ha tenido mejor inicio que el dúo de “The Hellion” y “Electric Eye”, dos temas que han abierto incontables conciertos o bises de la banda. El cuento Orwelliano de Rob Halford en la letra del tema es bastante más que profético ahora que el tiempo nos concede perspectiva. Aunque la temática variaría para la gran “Riding on the Wind”, uno de esos temas de motocicleta, viento y chupa de cuero, como fue previamente “Hell Bent For Leather” y como sería posteriormente “Freewheel Burning”. Los agudos de Rob Halford están a prueba de bombas a lo largo de todo el disco, pero particularmente en éste tema. El solo de Glenn Tipton y KK Downing es puro cliché ochentero, pero ese cliché lo inventaron en parte ellos mismos y todo el mundo les copió durante lustros, lo que denota la capacidad de influencia que ha tenido éste disco.

“Bloodstone” es un tema que nos ofrece a los PRIEST más melódicos, aunque habría quedado que ni pintado en “Defenders of the Paith”. Con un groove muy bluesero en algunos momentos, especialmente en los fraseos de guitarra, se trata de una de esas canciones largamente olvidadas que solo te vienen a la cabeza de nuevo con reediciones como esta. No obstante, alguien debería hacer un referéndum popular para que la añadan en la próxima gira, a poder ser. Más comercialoide es “(Take These) Chains”, que fue uno de los singles del disco junto a “You’ve Got Another Thing Coming” y “Electric Eye”. Tiene un estribillo que se queda en la mente durante horas y te hace maldecir no haber nacido quince años antes para poder disfrutar de primera mano de aquella época y de aquel sonido.

Uno de los pocos momentos flojos del disco es la lenta y sinuosa “Pain and Pleasure” (realmente ¿podría Rob Halford enviar más pistas a los fans sobre su orientación sexual?), algo que queda compensado sobradamente por el acelerón de “Screaming for Vengeance”, uno de esos temas donde te quedas durante un rato buscando el 1 de la batería, porque los juegos de tiempo de Dave Holland, KK Downing y Glenn Tipton te confunden a conciencia. Un recuerdo del poderío vocal de Rob Halford, que interpretaba este tema en directo sin despeinarse y respetando las líneas melódicas y las tonalidades una por una. Impresiona pensar que el ronco Halford de tiempos recientes pudiera haber grabado algo así hace tiempo.

El hit “You’ve Got Another Thing Coming” no necesita comentario, seguramente el tema más popular de la banda y el que sigue cerrando todos sus conciertos a día de hoy. Estribillo radiable, ritmo de música disco en clave rockera machacona (a 138 bpm, no muy lejos de los sacrosantos 120bpm de la música disco más matemáticamente fiel) y un riff ganador se mire por donde se mire.

El disco termina con el medio tiempo de “Fever” (que suena tremendamente caduca a estas alturas, pero que sigue teniendo un no-se-que, que-se-yo, que la hace atractiva) y una mucho más agradecida “Devil’s Child”, que se mantendría en el setlist de la banda durante varios años y se convertiría en uno de sus clásicos de tercera, aquellos que recuperaron para su gira del 2009 junto con otros olvidados como “Rock Hard, Ride Free” o la propia “Riding on the Wind”.

El CD de esta reedición incluye también sendas versiones en directo de “Electric Eye”, “Riding on the Wind”, “You’ve Got Another Thing Coming”, “Screaming for Vengeance” “Devil’s Child” y el viejo tema olvidado de 1985 “Prisoner of Your Eyes”. Los temas en directo están grabados en el Civic Centre de San Antonio en Septiembre de 1982, en plena gira del disco y se nota que la banda está ardiendo por los cuatro costados en ese momento. La reacción del público al inicio de “The Hellion” o de “You’ve Got Another Thing Coming” pone los pelos de punta y da una idea de cómo se vivía un concierto de heavy metal de la época.

La guinda del pastel viene con el DVD, donde se incluye íntegro el concierto que la banda dio en el US Festival de 1983. Es una gozada ver a Glenn Tipton enchufándose unos tragos de cerveza camino al escenario y esperar con Ian Hill a que acabe “The Hellion” para salir corriendo a escena. Lo mismo con la entrada triunfal de Rob Halford al escenario cantando “Electric Eye”. Las cámaras lo buscan por todo el escenario pero no lo encuentran. El astuto Robert John Arthur viene caminando parsimoniosamente desde el backstage, enfundado en toda su imaginería de cuero habitual, cantando descuidadamente el tema pero clavando cada nota. El rugido del público al verle entrar es mayúsculo. Lo mismo cuando hace aparición junto con su Harley saliendo de debajo de la batería en “Hell Bent For Leather” o tras el agudo final de “Victim of Changes” (donde Halford coge a Tipton y lo hace gritar con él, algo que intenta pero no consigue). Más incómodo es ver al señor patata, Dave Holland, tocando las canciones de la banda. Que estilo más poco natural de tocar la batería. En cualquier momento parece que se le vayan a liar las manos y vaya a verse obligado a llamar a un cerrajero. KK Downing, por su parte, va a su rollo, haciendo posturitas con Tipton cuando toca y cuando no, llevando las responsabilidades en el lado derecho del escenario. El setlist es el habitual de muchos conciertos de la gira, con cosas como “Metal Gods”, “Diamonds And Rust”, “Riding on the Wind” o “Living after Midnight”. Las doce canciones podrían ser el “Greatest hits” perfecto de PRIEST, a falta de 4 o 5 clásicos posteriores.

Un lanzamiento para disfrutar, sin duda, donde el legado de la banda queda reflejado con fidelidad y donde se pone a disposición de los fans un extra como Dios manda, en el caso del show del US Festival. Justo lo que KISS deberían haber hecho con la reedición de su “Destroyer” pero que ha terminado pasándoseles por alto.

Sergi Ramos

Grupo:Judas Priest

Discográfica:Sony Music

Puntuación:10

Canciones:

  1. The Hellion
  2. Electric Eye
  3. Riding on the Wind
  4. Bloodstone
  5. (Take These) Chains
  6. Pain and Pleasure
  7. Screaming for Vengeance
  8. You’ve Got Another Thing Coming
  9. Fever
  10. Devils Child
  11. Electric Eye (Live)
  12. Riding on the Wind (Live)
  13. You’ve Got Another Thing Coming (Live)
  14. Screaming for Vengeance (Live)
  15. Devils Child (Live), Prisoner of Your Eyes

Año:2012